Estas navidades he tenido el placer de ir al cine con mi hija de 6 años a ver “Las aventuras de Sammy, Un Viaje Extraordinario”; una historia de dibujos animados en 3D que relata la historia de una tortuga marina que decide recorrer los océanos.

Sammy nace junto a sus hermanos en una hermosa playa y se enfrenta a la lucha por la supervivencia, para llegar a convertirse en una tortuga adulta y así, en la madurez, regresar a la playa donde nació para reproducirse.

El objetivo de Sammy es encontrar a Shelly, el amor de su vida, a quien perdió en la playa donde nacieron. Durante el viaje conoce a simpáticos personajes, incluso tiene contacto con los humanos en una comuna hippy que reside en una bonita playa californiana.

El protagonista se enfrenta a numerosos peligros, muchos de ellos provocados por la mano del hombre, como los vertidos de petróleo, el problema de las bolsas de plástico, la caza indiscriminada de cetáceos, la degradación del hábitat marino debido a la basura generada por el hombre, etc.

Sammy es testigo de una de las paradojas del hombre: “mientras unos causan daños al planeta, otros realizan grandes esfuerzos por preservarlo”.

El director belga Ben Stassen se ha preocupado en contar una historia sencilla con un mensaje claro, crear conciencia acerca del cuidado del medio ambiente marino.

Hay que indicar que la película es muy simple, y está destinada para un público muy pequeño o para amantes del medioambiente y/o incondicionales del 3D.

A mi personalmente me ha encantado, los efectos en 3D son alucinantes, parece que estás buceando rodeado de especies marinas de todo tipo. Didácticamente para los niños es ideal, les ensalza el poder de la amistad y el cuidado por los océanos.