La producción de lana en España ha sufrido una perdida de aproximadamente el 30% en estos últimos años. Su precio en el mercado ha bajado tanto que los costes de esquila son superiores a los ingresos que genera, por lo que muchos ganaderos optan por eliminarla quemándola o la regalan. Bajo estas circunstancias Esther y Javier, una pareja de ecoemprendedores, decide comenzar un proyecto para devolver el merecido valor a un producto del cual España fue principal productor y exportador durante siglos. Así surge dLana, comprometidos con la situación social y el cuidado del medio ambiente del país, busca conseguir dar un nuevo valor a un producto que se ha convertido en desecho.

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En la entrevista concedida a Conciencia Eco, la pareja de ecoemprendedores nos habla de la importancia de la lana en nuestra sociedad, del pasado, presente y futuro de este producto, así como de su recogida y reciclaje, mientras nos presenta su proyecto basado en ilusión, trabajo y una fuerte investigación.

Conciencia Eco: En España el mercado de la lana lleva desde los años 60 sufriendo un abandono debido a la presencia de otras fibras, muchas de ellas sintéticas. Desde esta perspectiva ¿Cómo surge el proyecto de dLana para recuperar el gran valor de esta materia prima?

DLana: Sabemos que nuestro país ha sido la cuna de la raza Merina, llegando a ser una gran potencia a nivel mundial en producción de lana de gran calidad durante la época de la Mesta allá por 1273. Y ahora, son otros países los que lideran este sector.

Con la entrada del algodón y las fibras sintéticas, revolucionando el sector de la moda con sus propiedades y cualidades, la lana ha ido poco a poco pasando a ser un subproducto, y en algunas ocasiones incluso un desecho. Las razas de oveja se fueron destinando a la producción de carne y leche con lo que la lana comenzó a disminuir en calidad, quedando relegada esta materia a casi el olvido, en términos de productividad, viendo disminuido su volumen de producción en casi un 30% durante los últimos 20 años.

Por esto y otras muchas razones, nos planteamos recuperar parte de aquello que perdimos y trabajar para volver a ser un referente.

En ese sentido, tras varios años de investigación en campos tales como la sostenibilidad, las distintas materias primas y el emprendimiento en el sector de la moda, dimos con la lana, su problemática, situación actual, su potencial de aplicación y aprovechamiento en varios sectores.

Sabemos que es un camino difícil, con muchos obstáculos, en el cual nos queda mucho por aprender, pero la oportunidad de revitalizar una parte del sector textil, que lo está pasando mal; de preservar tradiciones y medio ambiente; crear puestos de trabajo y ayudar a la gente con nuestro esfuerzo, nos apasiona y estamos dispuestos a trabajar y colaborar para que se haga realidad.

dlanaC.E:¿Cómo habéis planteado vuestro proyecto a la gente para que sea consciente del valor de una materia prima que ahora mismo está abandonada? ¿Ha sido bien acogida vuestra propuesta?

DL: Desde la más sincera humildad, sin aparentar nada que no seamos y sabiendo que no sabemos más que nadie que lleve implicado en estos mundos, hemos ido hablando con investigadores, pastores, ganaderos, empresas del textil, asociaciones y otros emprendedores del sector.

Cualquiera de ellas sabe perfectamente lo que es la lana y lo que se puede llegar a hacer con ella. De hecho, hay merinas con calidades interesantes para su trabajo en textil. Pero la crisis económica que atravesamos, el cambio de paradigma ganadero destinando el ganado ovino a la producción de carne y leche y la entrada de materias de alta competencia en el mercado ha dejado a esta materia muy tocada.

En ese sentido, la acogida es buena, aunque hay cierta incredulidad pero sobre todo son buenas palabras tanto para hacernos ver la cruda realidad, como para animarnos a seguir adelante pues, según nos dicen, hacen falta alternativas y gente joven que quiera implicarse con la ganadería extensiva y trashumante.

Somos conscientes de que las situaciones son difíciles, que muchas veces es más sencillo llenar nuestros discursos de palabras negativas que no animan a creer; por eso también trabajamos cada día, cambiándolas por una sonrisa, buscando el lado positivo y nuevas oportunidades en todo aquello que puede suponer una dificultad.

C.E: ¿Creéis que con la nueva moda del DIY y emprendedores como We are Knitters, que han conseguido que la gente vuelva a tejer, el valor de la lana como producto de calidad volverá a tener un hueco en nuestra sociedad?¿Qué opinión tenéis acerca de la importación de lana que realizan empresas españolas para venderlas poniendo que son de calidad mayor a la lana autóctona?

DL: El creciente interés por el “hazlo tú mismo” y la gran relevancia en su empuje que están ofreciendo iniciativas empresariales como WAK hace prever que la lana nacional puede tener su hueco entre las consumidoras y los consumidores más concienciados y exigentes; creemos que empezará a buscar ese hueco y a competir con lanas importadas. Además abre una puerta al comercio exterior como puede ser el caso de Europa o incluso USA, donde está ubicada la mayor comunidad de tejedores y tejedoras del mundo.

También hay que resaltar que el perfil del consumidor está cambiando, demandando información, queriendo conocer cómo está elaborado el producto, cuál es su procedencia, composición, condiciones de los trabajadores, lo cual hará ver a las empresas una necesidad en sus clientes y buscar opciones dentro del mercado nacional que puedan cubrir esas demandas antes de ofertar algo nuevo.

La importación de lanas es algo normal, aquí casi toda la lana sale fuera, la mayor parte a China, por lo que hay que salir a buscar posteriormente fuera lo que no nos queda dentro. Hay lanas de mucha calidad, incluso mejores que las que tenemos aquí, pero el problema más grave no es que sean de mayor o menor calidad sino la falta de información que se ofrece al consumidor. Hay gente que se cree que esa lana que importan estas empresas es española de verdad. Incluso, hay falta de transparencia en la composición de las lanas, pues te marcan que es pura lana virgen y al final está mezclada con otras fibras naturales, lo que no sería causa de un problema; o incluso con fibras sintéticas, generando un residuo eterno por la imposibilidad de devolver a la tierra el mismo o haciendo imposible también separar las fibras para un nuevo reciclado, pues todavía no existe un proceso industrial que separe fibras sintéticas de las naturales.

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C.E: ¿Qué se hace con la lana que no llega al mercado?¿Existe alguna forma de recogida o reciclado por parte de los ganaderos?

DL: El problema en este caso existe principalmente para ganaderos de rebaños medios o pequeños, ya que la lana supone un sobreesfuerzo económico, pues la venta de la misma no les da ni para cubrir los gastos del esquilado de la oveja. Si no se vende, tienen que deshacerse de ella o almacenarla ocupando un espacio que tal vez necesiten. No existe un servicio de recogida como tal, existen pequeños empresarios que la recogen, la pagan al precio que esté en el mercado y después o la venden directamente sucia o la procesan; y algún resquicio de empresas que compran la lana directamente, la procesan en su totalidad y elaboran algunos productos, pero son una minoría en la actualidad.

El problema viene también de esa lana que no tiene “valor” para el textil o la que proviene de pequeños rebaños; que es necesario gestionar y podría tener muchas utilidades.

C.E: ¿Existe la lana reciclada?¿Qué es?¿Hay productores de lana reciclada?

DL: La lana reciclada aunque pueda parecer una técnica de reciclaje actual, ya era utilizada en Inglaterra en el siglo XIX. Su producción era prácticamente dedicada a la creación de mantas y uniformes para el ejército. Luego se fue extendiendo a Europa.

Su proceso comienza recuperando los sobrantes del procesado de la lana virgen así como de prendas de lana ya usada por los consumidores.

Tras separar los productos cuidadosamente por colores y de otras materias, se tritura y se vuelve a procesar obteniendo nuevas fibras pero con la particularidad de que son mucho más cortas que las de lana virgen y pueden estar dañadas con lo que al realizar el hilado, el producto final es menos resistente y disminuye su durabilidad. Para compensar estos aspectos menos positivos, se suele mezclar con otras materias como el algodón o lana virgen, de esta manera se alarga el tamaño de las fibras y el producto es de mejor calidad.

Este proceso de reciclado contribuye a eliminar el tintado y por lo tanto el uso de químico para este fin, además de reducir el consumo de agua en el proceso.

A nivel casero puedes reciclar lana deshilachando un jersey y usar ese hilo para hacer otra prenda.

En la actualidad empresas como Patagonia usan este tipo de fibra reciclada en algunas de sus líneas. Productores de lana reciclada hay en la India y alguno en Italia, que nosotros conozcamos.

C.E: ¿Qué beneficios sociales/ambientales tiene la lana respecto a otras fibras como el bambú, el lino o el algodón?

DL: Las ovejas y en nuestro caso las prácticas de manejo de la ganadería trashumante y extensiva son una herramienta clave para la biodiversidad y los servicios al ecosistema, especialmente en la montaña y las áreas rurales.

Las ovejas en sus movimientos en búsqueda de alimento transportan semillas, dispersándolas y generando diversidad, así como fertilizando las tierras a su paso. Según un estudio de la Universidad Autónoma, un rebaño de 1.500 ovejas trashumando entre Extremadura y Picos de Europa, transporta cerca de 5.000 semillas por cabeza y día, así como todas juntas producen cerca de 4 toneladas de abono al día.

Realizan una importante labor de prevención de incendios controlando el desarrollo de matorrales y disminuyendo la carga de material combustible. Incluso reducen el coste del mantenimiento de los cortafuegos.

Si hablamos del apartado social tenemos que hacer referencia a toda la actividad y servicios derivados, que el pastoreo genera. Seguro que conocemos los grandes quesos y derivados lácteos de oveja que se producen en el país, así como la calidad de las carnes pero si hablamos de lana, son múltiples las opciones de trabajo con esta materia y son muy desconocidas.

Podríamos decir que hay un gran nicho de empleo verde en esta actividad ganadera que puede salir adelante recuperando tradiciones. Se trata de no dejar aparcadas en el olvido culturas milenarias como la trashumancia con más de 6.000 años de antigüedad y que conserva prácticas de manejo tradicionales como el uso de perros pastores por poner un ejemplo.

Por otra parte, la propia fibra de la lana en comparación al resto de fibras ya es de por sí beneficiosa social y medioambientalmente,  ya que es mucho más resistente, flexible y precisa menos lavados por su facultad natural para impedir la  fijación de malos olores gracias a sus propiedades antibacterianas. Son pequeños detalles que sin duda también la diferencian en gran medida, pudiendo añadir que es válida tanto para el frío como para el calor, o su facilidad para el tintado.

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C.E: La organización europea dedicada a la moda sostenible MADE-BY** elaboró hace dos años una clasificación ambiental sobre tejidos sostenibles. En la máxima categoría salieron el algodón reciclado, el nailon 6 reciclado, el poliéster reciclado, el cáñamo de agricultura ecológica y el lino de agricultura ecológica. En cambio la lana o la seda no se incluyeron por falta de datos. ¿A qué es debido esto? ¿Hay alguna organización internacional que vele por la conservación de las ovejas autóctonas y la lana en el mundo?

DL: El pasado año esta organización realizó una actualización en la que clasificaba la lana en la categoría E, la más baja.

No terminamos de estar de acuerdo con los criterios de evaluación del estudio ya que, para el caso de la lana en concreto, no se distingue entre ganadería extensiva o intensiva, donde en esta última sí que se pueden llegar a desarrollar los inconvenientes que se enumeran como las afecciones al medio ambiente por CO2 o el uso de grandes extensiones de terreno.

Además no se valora toda esa gestión medio ambiental que el ciclo completo de una oveja y la lana tienen. Incluso no valora el gran valor que tiene esta materia al ser biodegradable y poder incorporarse a la tierra cerrando su ciclo de vida.

Todos sabemos que no hay una materia 100% sostenible en todo su ciclo pero en el caso de la lana de procedencia extensiva, esta compensa de una manera importante las afecciones negativas como pueden ser los grandes consumos de agua en su transformación (aunque ya hay maquinaria industrial de ciclo cerrado), la aplicación de químicos (cada día se usan más materiales biodegradables en el lavado), consumo eléctrico (aunque las nuevas tecnologías y el uso de energías más limpias que las convencionales disminuyen esta afección) o el uso de químicos en el tintado (no toda la lana hay que tintarla pues tiene una gama de colores naturales preciosos, pero lo mismo hay que preguntarse si el “fast fashion” es culpable de parte de este problema).

Al final estamos comparando “churras con merinas” y creemos que este tipo de cuestiones son mejor plantearlas desde un punto de vista holístico que abarque toda la problemática para luego realizar un balance.

La International Wool Textile Organisation (IWTO) es el organismo internacional que representa los intereses del comercio de lana textil del mundo y la industria. La membresía IWTO cubre ganaderos, comerciantes, procesadores primarios, hilanderos, tejedores, fabricantes de ropa y minoristas de lana y fibras afines en sus países miembros, así como todo tipo de organizaciones relacionadas con los productos de lana y el negocio de la lana en general. Pero a nivel de protección de razas no tenemos conocimiento que haya una organización a nivel internacional pero sí que hay a nivel nacional instituciones como la Fundación Global Nature que trabaja en la conservación, protección y ordenación del medio ambiente y que entre sus proyectos cuenta con uno de conservación de razas, y más concretamente de la raza merina negra. También la Asociación Obrador Xisqueta tiene un bonito proyecto centrado en la oveja xisqueta para el aprovechamiento de su lana, promoción de las tradiciones y un pago justo a los ganaderos por esta materia prima.

Ambas razas, la merina negra y la xisqueta, están consideradas por el Ministerio de Agricultura en peligro de extinción.

C.E: A lo largo del tiempo que lleváis con este proyecto ¿habéis recibido apoyo de instituciones públicas, organizaciones de ganaderos, etc.?

DL: La verdad es que en estos años de vida y desarrollo de la idea de emprendimiento nos hemos centrado en la investigación y el desarrollo de la idea. Es ahora cuando empezamos a analizar la necesidad o no de recurrir a instituciones públicas. Sabemos que la situación económica del país es complicada y que cada vez hay menos subvenciones. Aún así somos de los que pensamos que el trabajo personal es el único que de verdad genera avance y preferimos no depender de subvenciones que quizás no lleguen.

En cuanto a organizaciones ganaderas, no hemos contactado con ninguna todavía para buscar su apoyo pero sin embargo y dentro de nuestras posibilidades hemos entrado a colaborar con la recién creada Plataforma por la Ganadería Extensiva y el Pastoralismo, un foro de ámbito estatal que aglutina a las entidades y personas que comparten la necesidad de apoyar el pastoralismo y que están decididas a trabajar de forma conjunta y coordinada. Es el lugar idóneo para aprender sobre la problemática de la ganadería extensiva de primera mano y poder transmitir tus inquietudes, ofreciendo colaboración.

C.E: ¿Cómo veis el futuro de la lana en España?¿Qué les diríais a nuestros lectores acerca de la situación actual y vuestro proyecto?

DL: Estamos viendo que hay un creciente interés por la lana en diferentes sectores. Uno de los más importantes es el de la moda, apoyado por la Campaña por la Lana.

También desde los movimientos Do It Yourself, comunidades de hilanderas, tejedoras y de ganchillo, cada día más numerosas a nivel internacional, se usa mucha lana para realizar los proyectos; siendo creciente al mismo tiempo su conocimiento y su demanda de lanas de alta calidad. Incluso existe una red social, llamada Ravelry, creada en 2007 y que a día de hoy cuenta con más de cuatro millones de miembros compartiendo patrones, tipos de punto, inquietudes y dudas relacionadas con las lanas y otros tejidos.

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Creemos que es el momento propicio para revalorizar y mejorar la calidad de la lana de nuestras ovejas, trabajar con ella en diferentes sectores ampliando su gama de usos y trabajando desde la base, buscando la complicidad del ganadero para un manejo más cuidadoso que facilita la obtención de lana y que repercute en mayor medida con un beneficio justo para su trabajo, así como el posible desarrollo de una red de empresas relacionadas con la ganadería extensiva que busque nuevos canales de comercialización y que cree su propia industria a pequeña escala.

Desde dLana somos muy conscientes del panorama social y laboral que tenemos en nuestro país en el que tenemos casi 6 millones de desempleados, dentro de los cuales un 15% corresponde a paro juvenil. Cada vez existe una mayor tendencia al submileurismo principalmente en los puestos considerados de baja cualificación, así como la realidad de que existen más personas dispuestas a trabajar más tiempo por una menor remuneración, afectando en mayor proporción a las mujeres cualquier medida de recorte. Nosotros también hemos analizado que en España sólo el 12% de los jóvenes valora como salida laboral el autoempleo, siendo aún más baja esta valoración entre los jóvenes universitarios que alcanza un 3%; cuando en Europa se sitúa en un 40% y en EEUU en un 65%.

Con esto y muchos más datos, nos damos cuenta de que tenemos una gran oportunidad. Tenemos la posibilidad de elegir, de dar valor a lo que hacemos, de generar de nuevo una industria floreciente que ofrece calidad desde el principio de la transformación al producto final.

Tenemos la opción poder aprovechar toda la sabiduría y la experiencia de los artesanos que están a punto de jubilarse; así como todo el potencial que los jóvenes pueden desarrollar.

En dLana creemos que es clave unir el diseño y la artesanía como garantía de calidad para elaborar artículos de alto valor añadido, únicos y duraderos en el tiempo. Y en ello, estamos trabajando. Estudiar a fondo todas las posibilidades de mercado que puede tener en este momento la lana en España y a nivel internacional nos puede abrir a nosotras y muchas más personas que quieran acompañarnos, las puertas de llevar a cabo un trabajo digno, bonito, estimulante y fructífero.