Para llevar una vida saludable es importante conocer la calidad del aire interior de los espacios. Empleamos en torno al 90% del tiempo en espacios cerrados: colegios, viviendas, oficinas, supermercados, comercios, centro de salud, etc.
Algo que con la Covid-19 se ha desaconsejado por completo, puesto que el virus se concentra en el aire y si no se renueva la calidad del aire frecuentemente, el virus podría instalarse en nuestro cuerpo.

En los centros de trabajo es necesario que exista una correcta ventilación del aire.
En líneas generales, pasar demasiado tiempo en espacios cerrados puede ser perjudicial para la salud. Por eso, es importante tener una correcta ventilación y conocer la calidad del aire interior que se respira.
Para saber qué calidad de aire tenemos, es fundamental poder disponer de una medición de calidad de aire.
Sin embargo, existen pocos métodos analíticos para estimar la calidad del aire interior, así como de valores límite de concentración de contaminantes e información en relación al grado de exposición y su efecto en la salud.
La calidad del aire interior debe ser evaluada de forma periódica, especialmente en los de uso colectivo (trabajo, colegios, centros sanitarios, comercios, lugares de ocio…)
Pero, ¿qué es la calidad del aire interior? ¿Por qué es tan importante? En este post te contamos todo lo que debes saber acerca de la calidad del aire interior.
¿Qué es la calidad del aire interior?
Cuando hablamos de la calidad del aire interior (CAI), nos referimos a la calidad del aire que se encuentra dentro de un espacio cerrado.
Hace referencia a los aerosoles y gases que contiene el aire, así como su temperatura y su humedad. Su parámetro de medición más importante es la pureza.
La calidad del aire interior es fundamental para preservar la salud y el bienestar de las personas que se encuentran en espacios interiores, pero también para procurar el rendimiento y la eficiencia de los procesos de producción si estos espacios son un entorno de trabajo.
La OMS reconoce que el aire de los espacios interiores puede llegar a estar de cinco a diez veces más contaminado que el aire exterior.
Es más, la mala calidad del aire genera incomodidad, además de efectos negativos sobre la salud de las personas que lo respiran.
Es una de las causas más frecuentes del absentismo laboral. Provoca falta de concentración y, todo ello, lleva a una pérdida de la productividad en los lugares de trabajo, además de provocar estrés y depresión.
¿Cómo afecta una mala calidad del aire interior a la salud?
Una mala calidad del aire interior puede provocar enfermedades cardiovasculares y respiratorias. Genera irritación en ojos, nariz y garganta. Pueden provocar mareos, dolor de cabeza, pérdida de coordinación y náuseas.
Pero, no solo eso, sino también daño hepático, renal y del sistema nervioso central, hasta llegar incluso a poder padecer cáncer de pulmón.
Por todo ello, es importante garantizar una adecuada calidad del aire, y respirar aire puro para evitar que afecte a nuestra salud.
¿Cómo garantizar una buena calidad del aire interior?

Diariamente, es fundamental dejar un tiempo abiertas las ventanas.
Como ya hemos mencionado, la primera medida consiste en garantizar la adecuada ventilación de los espacios interiores mediante ventilación natural, como abrir las ventanas, o la ventilación mecánica.
Se renueva la calidad del aire interior mediante el aporte de aire exterior. Es más, en las viviendas basta con una ventilación híbrida o ventilación mecánica que diluya la concentración de contaminantes en el interior.
Sin embargo, para controlar y monitorizar la calidad del aire existen unos dispositivos conocidos como sensores diseñados para detectar un aporte concreto y convertir esa información en una señal cuantificable para transmitirse electrónicamente.
Por lo tanto, se podría decir que conocer la calidad del aire interior es muy importante puesto que, pasamos muchas horas en espacios cerrados y nuestra salud puede verse afectada.
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