La industria de la belleza a menudo se presenta como un mundo brillante y glamuroso de lociones, cremas y botellas de colores brillantes en los estantes de los baños…, pero tiene un lado oscuro.

El plástico nos inunda

Parece que la industria cosmética produce más de 120.000 millones de unidades de envases al año a nivel mundial, uno de los sectores de más rápido crecimiento; la mayoría de los cuales no son reciclables, y los que lo son, no significa que vayan a ser reciclados.

Parte de esto puede atribuirse a su crecimiento, que cada vez es más difícil de parar, por lo que las marcas a menudo envuelven, envían y exhiben productos con materiales innecesarios como papel, plástico, celofán, calcomanías y bolsas. La industria también fabrica botellas en colores brillantes y oscuros, sabiendo muy bien que nunca serán recicladas simplemente por el color, todo en nombre de la marca.

Plásticos

Algunas marcas ya están reduciendo el plástico de sus envases cosméticos.

Cuanto más complejo o costoso sea el embalaje, más difícil será recogerlo, separarlo y reciclarlo. Como resultado, hace que sea más viable económicamente tirarlo a la basura que poner los recursos para recuperarlo.

Alternativas a los plásticos

Pero por suerte, cada vez más empresas se esfuerzan por reducir los envases de plástico de un solo uso mediante el cambio al material PCR (reciclado post-consumo), o alternativas a los plásticos.

Akento Cosmetics es una de esas empresas, cuya apuesta por el medio ambiente les ha llevado a reducir el uso de plásticos en sus embalajes. Hasta el momento, han reducido un 20% el uso de plásticos, al modificar el envase del producto, aunque están haciendo las modificaciones pertinentes para aumentar ese porcentaje todo lo posible.

Plásticos

Los mares se están convirtiendo en vertederos de plástico.

Fácil de producir, duradero y, lo que es más importante, barato, el plástico se convirtió en el material «it» en el mundo del embalaje. Desde entonces, los seres humanos han creado más de 8.300 millones de toneladas de plásticos, y el 91% de ellos no han sido reciclados.

Además, se estima que el 70% de los residuos plásticos terminan en el océano o en vertederos, donde tarda más de 400 años en descomponerse. Todo esto significa que para el año 2050, habrá más toneladas de plástico en el océano que peces.

«Hemos estado viviendo en un mundo donde el empaquetado es igual al lujo», mencionan. «Ahora cada vez somos más conscientes de que empaquetar es igual a desperdiciar. La gente ya no lo quiere». Es cierto, un embalaje excesivo ya no llama la atención a un consumidor inteligente, ni da la sensación de que es un producto de más calidad, porque todos son iguales.

Si bien es innegable que la rebelión de la sociedad contra el plástico es algo bueno, uno de los retos a los que se han enfrentado las marcas, es la suposición de que eliminarlo todo es la única manera de lograrlo. Muchas alternativas tienen sus propios inconvenientes.

¿Por qué envases optar?

«No hay una solución mágica», nos cuentan desde Akento. «La gente cree que el vidrio es la respuesta, pero es muy pesado de transportar. La gente quiere crear plástico de la caña de azúcar, pero la industria de la caña de azúcar crea toneladas de residuos por sí misma. Por otra parte, los envases con plástico reciclado no pueden tener un 100% de plástico reciclado, actualmente se rompe si es más del 50%. Y las bombas de las botellas no son reciclables. Por eso no las incluimos en los envases».

Pero no son sólo estas botellas o envases los que terminan en el mar, sino que lo que tienen dentro también contamina las aguas. Constituyen de manera global un peligro para la vida marina. Animales como las ballenas o las tortugas terminan comiendo plástico.

Plásticos

Muchas pastas de dientes incorporan microesferas de plástico en su composición, que terminan llegando a los océanos por el lavabo.

Por eso, la reducción del plástico Akento también la aplica a sus fórmulas. Todos sus ingredientes son naturales, y ninguna de ellas cuenta con microesferas de plástico, las cuales se suelen encontrar en productos de cuidado corporal y pastas de dientes. El problema con este ingrediente es que entra en las vías fluviales y daña la vida marina.

Tanto los residuos de productos lavados en los desagües, como los embalajes arrojados a la basura, están saliendo al mar a un ritmo asombroso, y las primeras señales de advertencia de que el océano está en peligro ya han salido a la superficie.

Akento confía en que el panorama cambiará rápidamente a medida que las empresas se tomen en serio la cuestión de los residuos plásticos. «Los que lo hacen crecerán, y los que no lo hacen se quedarán atrás», dicen. «Las marcas independientes lideradas por sus fundadores son las que impulsarán el cambio.»