El próximo 16 de junio, Día Mundial de las Tortugas Marinas 2017, no podemos dejar de reivindicar una mayor protección para las diferentes especies de tortugas marinas. Estos increíbles animales que surcan los océanos desde hace millones de años están extinguiéndose por causas ajenas a ellos: la sobrepesca, las capturas accidentales en las redes o su mortandad por quedarse enganchadas en los envases de plástico.

Millones de años surcando los mares, y en un solo siglo las haremos desaparecer.
Las tortugas marinas más conocidas
Problemas específicos, que se juntan a otros ya existentes en el mar, como la acidificación o la polución. Por ello se están tomando medidas, aunque no las suficientes para que se pueda hablar de una mejoría. Por ejemplo, la tortuga boba (Caretta caretta) que suele poner sus huevos en las costas estadounidenses de Florida, resulta que hasta la fecha el número de hembras que ha vuelto a realizar la puesta ha sido menor de la mitad.
En las aguas del mar Mediterráneo ya se están realizando acciones para salvarlas de la extinción, cerca de 40.000 ejemplares aparecen cada año enganchados en los anzuelos de la flota mediterránea según Océana, por eso desde el Instituto Español de Oceanografía se llevó a cabo una operación de marcaje en colaboración con los pescadores del pueblo almeriense de Carboneras para poder estudiar de manera más cercana sus costumbres. Algo parecido se realizó en las Islas Baleares y en las Islas Canarias con la colocación de chips identificativos.

Uno de sus principales peligros, se encuentra en los plásticos que terminan en el mar: los ingieren pensando que son medusas.
Similares expectativas tiene otra tortuga marina como es la tortuga verde (Chelonia mydas), que se encuentra según la lista roja de UICN “en peligro” y su población decreciendo, porque también sufre los mismos obstáculos vitales que la tortuga boba: capturas accidentales, accidentes con embarcaciones, vertidos del mar Mediterráneo, etcétera.
La tortuga carey (Eretmochelys imbricata) se encuentra en peligro de extinción, en este caso además de los consiguientes problemas que afectan a todas las tortugas marinas, la capturan por su preciado caparazón para confeccionar peines o joyas. Un comercio legal o ilegal dependiendo del país.

Las pequeñas tortugas por fin llegan al mar.
La tortuga olivácea (Lepidochelys olivacea), también aparece como “vulnerable” en la lista roja de la UICN, su color aceituna da nombre a la especie. Otras cuestiones que le afectan son la pérdida de hábitats y la matanza de ejemplares.
La tortuga laúd (Dermochelys coriacea) es quizás una de las que más causa preocupación a los científicos, se piensa que en los próximos 30 años puede desaparecer, aunque en la lista roja de la UICN aparece como vulnerable, su población ha descendido irremediablemente, porque no se han puesto en marcha políticas efectivas. Su problemática: se roban huevos de sus puestas e ingieren plásticos por confusión creyendo que son medusas.

Algunas crías se desorientan por la luz artificial y nunca llegan al mar.
Día Mundial de las Tortugas Marinas 2017: su problemática
Hay además otras amenazas que no se tienen en cuenta en casi ningún lugar, como son la urbanización del litoral y las especies invasoras que terminan comiéndose sus huevos. Esto significa que las hembras tienen que buscar nuevos lugares de puesta y que las recién nacidas pueden no encontrar el mar (siguen la luz de la luna para orientarse, pero se encuentran con la iluminación artificial de farolas).
También se añaden la subida del nivel del mar, con lo que hay playas que ya han desaparecido; el aumento de la temperatura de la arena, nacerán más crías hembras; y la intensificación de los fenómenos meteorológicos como las tormentas tropicales.
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