En los suelos contaminados andaluces como Aznalcóllar (Sevilla) y en las canteras de Macael (Almería) ya se puede ver vegetación en las zonas que previamente se ha depositado lodos de mármol, gracias al aumento de la humedad y a la posibilidad de que las raíces de las plantas puedan arraigar.

Un descubrimiento llevado a cabo por edafólogos de la Universidad de Almería, en cooperación con la Universidad de Granada, la Politécnica de Murcia y el Centro Tecnológico Leitat de Barcelona. Todo comenzó cuando estos investigadores fueron recogiendo lodos de las balsas que se originan junto a las canteras, tras ello procesaron y caracterizaron las micropartículas, determinando su composición, tamaño e indicadores de toxicidad. De esta manera, llegaron a la conclusión de que esos residuos estaban libres de contaminantes.

suelos contaminados

La vegetación crece poco a poco encima de los lodos de mármol de los suelos contaminados.

Imagen de Fundación Descubre

Lodos descontaminantes

Para saber exactamente la cantidad de metales que podían adherirse a los residuos, efectuaron determinados ensayos. Mariano Simón, coautor del estudio e investigador de la Universidad de Almería explica: “el resultado fue que los lodos procedentes de la industria del mármol podían precipitar la mayor parte de los principales contaminantes de la zona como cobre, zinc, cadmio, arsénico y plomo”.

Después de este gran paso, continuaron con las investigaciones con la especie de mostaza Brasica juncea en pequeños invernaderos empleando distintos tipos de suelos, diferentes lodos y también contaminantes variados, comprobando que crecía todo tipo de vegetación, según aparece en el estudio publicado en Journal of Geochemical Exploration.

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Flor de la mostaza (Brasica juncea).

Biorremediación

Simón advierte que “este sistema limita la erosión en casos de lluvia y viento, y como consecuencia, se paraliza la dispersión de la contaminación”, incluso favorece lo que se denomina biorremediación, una acción por la cual la planta filtra los metales pesados evitando así, que lleguen a las capas freáticas.

Con lo cual es posible recuperar el entorno y el impacto visual que causa la minería, rellenando los huecos de la cantera con lodos de mármol y añadiéndole tierra encima, las raíces poco a poco llegan hasta el lodo y continúan su crecimiento en Macael (Almería).

Aunque en Aznalcóllar (Sevilla) no ocurre lo mismo, aún habiendo llevado esos lodos de mármol provenientes de las canteras almerienses de Macael, y después del grave vertido ocurrido hace 19 años, sigue habiendo zonas en donde no crecen las plantas, porque el azufre ha dañado muy intensamente el terreno. Por supuesto, la vegetación que crece en estos suelos contaminados no se puede recolectar para su consumo.

Aquí tenemos la cara y la cruz de la minería, esperemos que en un futuro se siga investigando para poder ir haciendo pequeños avances medioambientales, sin tener que perjudicar más el medio natural.