El verano es una estación en la que tenemos más tiempo libre, ya que solemos coger algunos días de vacaciones para descansar o conocer nuevos lugares haciendo turismo, los días son más largos y podemos realizar más actividades al aire libre con la luz del sol. Un tiempo memorable que no debemos desaprovechar ningún año para realizar esos sueños incumplidos que tenemos en nuestra lista de deseos, esas experiencias naturales que perdurarán en nuestra memoria para siempre.
No se trata de un derroche monetario, el dinero ya se sabe que no da la felicidad (el mundo está lleno de patéticos millonarios que no saben que hacer con su vida), sino de hacer pequeñas acciones que nos llenan de alegría, serenidad, confianza y esperanza en nuestro interior. Las podemos repartir a lo largo de estos días o dejarlas también para más adelante, según nuestras necesidades personales.
Aquí hay unas cuántas que son realmente maravillosas y ligadas a nuestro entorno natural, pero seguro que cada uno puede variar la lista según sus necesidades y sus gustos.
7 experiencias naturales inolvidables para tener en verano
1. Disfruta del agua
La Naturaleza nos ha regalado este precioso tesoro que debemos cuidar, pero que a la vez nos sirve de lugar de relajación. Te invito a que pruebes a bañarte debajo de una cascada natural, en un río no demasiado caudaloso, o en el mar, en una playa poco frecuentada para disfrutar de este placer al alcance de todos.
2. No te pierdas el amanecer y el atardecer
La salida y la puesta del sol son dos momentos mágicos que deberías observar a lo largo del verano, si es posible cuantas más veces mejor. Esa contemplación proporciona armonía a nuestro organismo. Si encima realizas esta experiencia en buena compañía y siempre con pensamientos positivos, tendrás un verano pleno de energía.
3. Contemplar algún animal
Los animales también proporcionan mucha satisfacción. Es fascinante admirarlos en su medio natural, aprender de su laboriosidad, de su constancia, de su alegría de vivir, de su capacidad de adaptación frente a los obstáculos… y un largo etcétera; nos van a proporcionar un ejemplo para nuestra propia vida. No hace falta trasladarse muy lejos, cerca de nosotros, en nuestro árbol vecino hay seguramente una fauna que nunca hubiéramos sabido si no nos paramos a contemplarla.
4. Planta tu propio huerto
Una idea que seguramente te transformará la existencia. En verano hay algunas plantas que puedes plantar sin problema (sobre todo en junio), y así descubrirás en esos días que tienes más tiempo, como van creciendo y desarrollándose en semilleros o directamente en la tierra, según la especie. Las opciones son variadas: pimiento, berenjena, judías, remolacha, canónigos, etc.
5. Pasea descalzo por la tierra o la arena
Es muy beneficioso para nuestra salud pasear por la arena, ya sea o no de playa, o por la tierra. Deléitate con cada paso que das como si fuera el primero, siendo consciente de cada uno de ellos. Los zapatos están bien, pero por unos momentos libérate de la sensación de pesadez de caminar con ellos.
6. Sube a la cima de una montaña
Una excursión muy satisfactoria, de la que sacarás muchas conclusiones provechosas. Puede ser cualquier monte pequeño o un cerro. El camino es difícil y para algunos lo mejor, pero siempre hay que pensar que el límite lo pones tú. Muchas veces necesitamos ponernos retos nosotros mismos, el placer de saber que lo has conseguido y de contemplar lo maravilloso de la tierra, no tiene precio.
7. Cocina algo delicioso
La alimentación es una forma de mantener nuestro cerebro y nuestro cuerpo en forma, si encima los cuidas con un algún plato exquisito cada día, cocinado con tus manos, es el mejor regalo que te puedes hacer. Eso sí, degustalo con calma, saboreando cada bocado que comas. Es uno de los mayores placeres que puedas experimentar.
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