Para celebrar el lanzamiento de su nuevo producto “Ultimune Eye”, la multinacional japonesa de cosmética Shiseido ha instalado en la Gran Vía de Madrid una lona gigante que puede absorber los contaminantes generados por el paso de 50 vehículos. Aunque un proyecto mexicano podría lograr lo mismo en un lugar más reducido, como nuestra propia casa.

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Como podemos leer en la revista IPMARK, la lona de Shiseido tiene una superficie de 1.000 metros cuadrados y está impregnada de dióxido de titanio (TiO2), que elimina los contaminantes mediante una reacción de fotocatálisis. Este proceso es capaz de descomponer la mayoría de las sustancias y partículas nocivas que sufrimos en las zonas urbanas, tales como los óxidos de nitrógeno y azufre (NOx y SOx), los compuestos orgánicos volátiles (COV) o el monóxido de carbono (CO).

Además de dar una publicidad positiva a la empresa nipona, enmarcada dentro de sus políticas de Responsabilidad Social Corporativa (RSC), esta lona permitirá mejorar, en la medida de lo posible, el contaminado aire de la capital española, especialmente en una zona tan céntrica y transitada. Hasta cierto punto, ya que por la Gran Vía transitan más de 50 vehículos y la lona, entendemos, no estará allí eternamente.

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Es una idea estupenda, que un cartel publicitario pueda eliminar, o al menos paliar, la contaminación urbana. Siendo, además, una iniciativa privada, que no le cuesta dinero a la ciudad. Pero podríamos ir más allá y pensar en la posibilidad de tener un artilugio de este tipo en otros lugares transitados, como tiendas, bares, estaciones de metro o edificios públicos. Y, por qué no, en nuestro propio hogar.

Esto podría estar cerca gracias al prototipo de lavador de aire que acaba de presentar el doctor Raúl Suárez Parra, de la Universidad Nacional Autónoma de México. Este objeto se compone de una columna con varios discos perforados, que absorben el humo y retienen los contaminantes. Debido a su reducido tamaño, podría colocarse, por ejemplo, en la cocina de un restaurante y absorber todo el humo que se genera.

Tecnología e innovación puestas al servicio del planeta o de la calidad de vida de los ciudadanos, que viene a ser lo mismo, puesto que los beneficios de ambos van en la misma dirección. Que un enorme cartel en una avenida principal o un pequeño aparato en un recinto cerrado nos ayuden a respirar un aire más limpio es una buena noticia. Pero, en ningún caso, debe distraernos de los objetivos de reducir la contaminación y fomentar el uso de energías limpias y renovables.

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