En una encíclica publicada ayer, el Papa Francisco hacia un llamada a la acción climática para hacer frente a los problemas ambientales y el cambio climático que acechan nuestra madre tierra, buscando concienciar a los dirigentes del mundo en la próxima Cumbre del Clima de París, que se celebra a final de año y persigue cerrar un acuerdo mundial que sustituya al Protocolo de Kioto.La encíclica, titulada «Laudato Si» (Alabado Sea), será entregada a todos los obispos de la Iglesia Católica, y está destinada a ser una enseñanza para los católicos de todo el mundo. Haciendo hincapié en la necesidad de abordar las cuestiones ambientales no sólo en el nivel físico, sino también en sus causas morales y espirituales.
«La tierra, nuestro hogar, está empezando a parecerse cada vez más como un inmenso montón de inmundicias«, escribe, señalando no sólo a los problemas asociados a la basura, sino también la contaminación del aire y el agua. El Papa identifica la «cultura de usar y tirar» o «cultura del descarte», como una fuente importante de estos problemas:
Estos problemas están íntimamente ligados a la cultura del descarte, que afecta tanto a los seres humanos excluidos como a las cosas que rápidamente se convierten en basura. Advirtamos, por ejemplo, que la mayor parte del papel que se produce se desperdicia y no se recicla. Nos cuesta reconocer que el funcionamiento de los ecosistemas naturales es ejemplar: las plantas sintetizan nutrientes que alimentan a los herbívoros; estos a su vez alimentan a los seres carnívoros, que proporcionan importantes cantidades de residuos orgánicos, los cuales dan lugar a una nueva generación de vegetales. En cambio, el sistema industrial, al final del ciclo de producción y de consumo, no ha desarrollado la capacidad de absorber y reutilizar residuos y desechos. Todavía no se ha logrado adoptar un modelo circular de producción que asegure recursos para todos y para las generaciones futuras, y que supone limitar al máximo el uso de los recursos no renovables, moderar el consumo, maximizar la eficiencia del aprovechamiento, reutilizar y reciclar. Abordar esta cuestión sería un modo de contrarrestar la cultura del descarte, que termina afectando al planeta entero, pero observamos que los avances en este sentido son todavía muy escasos.
El Papa también describe el clima como un «un bien común, de todos y para todos«, e implora a los gobiernos de todo el mundo que cumplan con su deber de preservar el medio ambiente y los recursos naturales de su país, sin venderse a intereses espurios locales o internacionales.
Ecologistas de todo el mundo alaban este mensaje del Papa.«Compartimos la opinión Papa Francisco que nuestra respuesta a la degradación ambiental y el cambio climático no sólo puede ser definido por la ciencia, la tecnología o la economía, pero también es un imperativo moral», dijo el Director Ejecutivo del Programa Ambiental de la ONU , Achim Steiner, en un comunicado.
La encíclica «Laudato Si» ,calificada por algunos de «histórica», por ser la primera vez que un Papa dedica un documento de este tipo a la protección ambiental, consta de 190 páginas, y puedes encontrar una traducción al castellano de la encíclica aquí.
No hay Comentarios