Justo cuando hace su entrada triunfal la primavera en el Hemisferio Norte y cuando comienza el otoño en el Hemisferio Sur, se celebra el Día Forestal Mundial. Una fecha simbólica que la FAO, Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, quiso que coincidiese.

La relevancia de los bosques es indiscutible, son los pulmones del planeta, pero las políticas poco efectivas y la tala indiscriminada siguen siendo su enemigo número uno. Poco a poco la sociedad se va concienciando de su importancia, así como los gobiernos, de ahí que se estén certificando los productos que provienen de bosques sostenibles, gestionados para que pueda haber un ciclo correcto de producción y renovación. Un certificado que avala el futuro de esos árboles.

Los incendios son otro de los problemas más graves a los que se enfrentan, ya sean intencionados o no. Por eso es fundamental, que el bosque se mantenga y se limpie con regularidad; en España ya hemos oído las protestas de todo el sector forestal por esta cuestión, con menos efectivos y sin nadie que haga ese trabajo. Los animales y los vecinos de cada localidad son los que tradicionalmente se han encargado de sus bosques, desbrozando precisamente para que no ocurriese ninguna catástrofe.

Otra de las principales preocupaciones de los expertos es el cómo está afectando el cambio climático y el calentamiento global a estas zonas llenas de biodiversidad. Las sequías prolongadas y la aparición de plagas inexistentes hasta ahora, además de otras catástrofes ya constatadas como el aumento del nivel del mar, junto el imparable desarrollo humano; serán los obstáculos que tendremos que saltar para conservar nuestros bosques en buen estado. En la actualidad, la estación primaveral se ha adelantado y ya está afectando a las diferentes especies de árboles y a la fauna. Ahora el asunto sería la mitigación del cambio climático, que ya se ha tratado por el IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change).

La FAO y otros grupos de expertos han estimado que la retención mundial de carbono producida por la disminución de la deforestación, el aumento de la repoblación forestal y un mayor número de proyectos agroforestales y plantaciones podrían compensar un 15 por ciento de las emisiones de carbono producidas por los combustibles fósiles en los próximos 50 años.

 

La conclusión es que nuestros recursos forestales necesitan más protección por parte de los gobiernos, pero ¿cómo satisfacer las necesidades de todos y equilibrar el sistema? La industria maderera y el Medio Ambiente parecen términos antagónicos por naturaleza, aunque con un esfuerzo por las dos partes se podría llegar a un acuerdo en el que nadie pierda, y todos ganen. Porque sin árboles, no tenemos ni madera, ni oxigeno para que el planeta siga viviendo.