Harto del frío y viendo que el invierno aún tardará en irse de mi charca, he decidido darme un paseo por lugares más cálidos.  Así que directo de las aguas de Jack Sparrow, os traigo al pez sierra.

El serrucho de mar

El pez sierra o pejepeine, Pristis pectinata para nuestros colegas científicos, pertenece a la subclase de los elasmobranquios (vaya nombrecitos que se os ocurren a los humanos) junto con los tiburones y las rayas. Estos peces de esqueleto cartilaginoso se encuentran en peligro crítico (CR) según la UICN.

El pez sierra nadando felizmente por aguas subtropicales. Imagen: Diliff

El pez sierra nadando felizmente por aguas subtropicales.
Imagen: Diliff

Los serruchos marinos, como he decidido llamarlos, viven en aguas de zonas subtropicales. Las poblaciones más grandes se encuentran en Bahamas y EEUU, desde Georgia a Lousiana; pueden habitar también, aunque con menos frecuencia, en Honduras, Belice, Cuba y en la costa atlántica africana en Sierra Leona, Guinea Bissau y Mauritania.

Les encantan las aguas poco profundas, máximo 10 metros, cuya temperatura esté entre 20 y 28 ºC (¡eso sí que es vida!) con fondos arenosos o ligeramente fangosos. No le hacen ascos a ningún tipo de agua, pueden aguantar indiferentemente las aguas salinas y las dulces, por lo que se puede encontrar a los peces sierra tanto en bahías y estuarios, como en ríos, lagos, etc.

Alarmante descenso en la población del pez sierra

El pejepeine vive en torno a 30 años, y los machos pesan en torno a los 350 kg llegando a medir hasta 7 metros, por lo que creo que estarían un poco apretados en un acuario. Son ovovivíparos, lo que quiere decir que las madres incuban los huevos en su interior, y dan a luz entre 15 y 20 peces sierra de 60 cm de tamaño. Debido a que viven pegados al fondo su anatomía se ha adaptado a ello: su cuerpo es aplanado y sus aletas pectorales parecen alas.

Lo más característico del pez sierra, cómo ya supondréis por su nombre, es el apéndice dentado con forma de serrucho que parece su nariz. ¡No me gustaría verle constipado! Pero tranquilos, que no la utiliza para desguazar barcos de madera ni robar tesoros. Este apéndice está formado por órganos sensoriales por lo que lo emplea para encontrar y capturar sus presas, que generalmente son peces bentónicos y crustáceos. Le enviaré una cesta de regalo con Charlie the American Crab y sus secuaces…

Pez sierra buscando felizmente crustáceos para comer. Imagen: James St. John

Pez sierra buscando crustáceos para comer.
Imagen: James St. John

Su población se ha reducido más de un 95% en el último siglo; no es de extrañar que se encuentre en peligro crítico con esos datos. Sus principales amenazas son:

  • La sobreexplotación pesquera. El uso de redes de arrastre es un grabe problema para el pez sierra.
  • La modificación del hábitat, principalmente bahías y estuarios.
  • Las poblaciones actuales son pequeñas y muy fragmentadas, por lo que no hay casi variabilidad genética.

Otra vez queda patente vuestra capacidad y complicidad a la hora de destrozar nuestros hogares, aunque no pierdo la esperanza de que recapacitéis y reparéis los daños ocasionados. Aunque sea tarde para los que ya no están.