Lenta y segura, en general, de todos los ríos del planeta, a no ser que cambiemos repentinamente nuestras conductas, por ser los culpables de esta situación que vivimos. Un reciente estudio de la Universidad de Viena atestigua que el Danubio lejos de ser un río emblemático y lleno de vida (es el más largo de la Unión Europea), como lo era hace siglos, ahora se asemeja más a un vertedero en el que cabe encontrar casi más plásticos que peces.
La parte austriaca de su cauce entre Viena y Bratislava ha sido la que se ha investigado en profundidad en dos años (2010 y 2012). Al parecer, de las 951 muestras de agua recogidas (293 por el día, 658 por la noche) se contabilizaron un total de 24,049 peces jóvenes y 17,349 plásticos de diferentes densidades y tipos, (copos, pellets, esferas, etc). Estas averiguaciones han sido constatadas y expuestas en la revista científica Environmental Pollution, en donde se ha publicado el análisis.
Hay que decir que toda esta contaminación del río Danubio (4,2 toneladas de residuos) termina llegando al Mar Negro donde desemboca.
Las causas de este daño son varias, pero las principales son el vertido de las numerosas industrias cercanas al río y la navegación fluvial, un medio de transporte muy popular; también influye negativamente los contaminantes debido a los fertilizantes agrícolas y el casi escaso tratamiento de las aguas residuales.
Diversas campañas dirigidas por la “Comisión Internacional para la Protección del Río Danubio” están fomentando la educación ambiental y la sensibilización por parte de la sociedad y de las compañías. Además de conseguir que los culpables de esta situación no queden impunes sancionándolos con cuantiosas multas.
Y por descontado aparece en el informe que los peces ingieren pequeños tipos de plástico pensando que es alimento. El ecosistema del Danubio está en peligro, así como el de las tierras adyacentes. Un agua contaminada, unos seres vivos contaminados, toda una cadena infectada.
La buena noticia es que el el año 2012 el aporte de plástico al río fue bastante menor, no sé si sirve de consuelo, pero algo de esperanza da. Las políticas medioambientales tendrían que empezar a notarse alguna vez, esperemos que esta sea la definitiva.
Del hermoso Danubio Azul al que Johann Strauss dedicó en 1867 el más famoso de los valses vieneses sólo queda el nombre. Y es que el plástico, la basura y los restos industriales han alcanzado niveles nunca vistos hasta ahora, según alerta un reciente estudio hecho público en la capital austríaca.
El Danubio envía cada día de media unas 4,2 toneladas de residuos hasta el Mar Negro, destaca el informe elaborado por el Departamento de Limnología y Oceanografía de la Universidad de Viena.
Los científicos austríacos, que se han mostrado «sorprendidos» por el alcance de la contaminación, recogieron casi un millar de muestras en los años 2010 y 2012 a lo largo de los 80 kilómetros de río entre las ciudades de Viena y Bratislava.
Los resultados de las investigaciones publicadas en la revista científica Environmental Pollution (Polución Medioambiental) son alarmantes: las aguas del segundo río más largo de Europa presentan una concentración de residuos superior a la de peces.
En las 900 muestras de agua que se tomaron del río la abundancia y el tamaño de los residuos plásticos fue incluso superior a la de larvas de peces, alertan los investigadores austríacos.
Concretamente, el tramo del río que fluye entre las capitales de Austria y la vecina Eslovaquia transporta de media 317 partículas de plástico y 275 crías de peces por cada 1.000 metros cúbicos de agua.
Con la ayuda de una red especial, en forma de embudo con orificios de medio milímetro de diámetro, los investigadores recogieron muestras cerca de las orillas del río.
Junto a las crías de peces, apareció un número considerable de pequeñas partículas microscópicas de plástico, que en un 80 % proceden de la producción industrial, asegura el estudio.
En consecuencia, el río transporta cada año más de 1.500 toneladas de residuos hasta su desembocadura en el Mar Negro.
Según el estudio, sólo en Alemania y Austria, los dos primeros países por donde fluye el Danubio, se encuentran muy cerca del río decenas de plantas de producción de plástico y de procesamiento.
«La contribución de estas empresas a la contaminación del río es evidente», asegura Hubert Keckeis, uno de los investigadores que elaboró el estudio científico.
El problema se agrava por los efectos que tiene la contaminación sobre las crías de peces, insectos y pájaros, «que confunden los desechos materiales con alimentos», advierte en unas declaraciones a Efe.
Es que la ingesta de esos residuos provoca en la mayoría de los casos intoxicaciones que pueden ser mortales para los animales.
Aunque el río pasa directamente por sólo diez países en sus 2.800 kilómetros de recorrido, el área geográfica y humana que afecta a sus aguas es aún mayor: 80 millones de personas en 19 países.
La excesiva presencia de nutrientes en el agua, procedentes principalmente de los fertilizantes usados en la agricultura, y el deficiente tratamiento de las aguas residuales son dos de los grandes problemas de contaminación.
Por eso, la denominada «Comisión Internacional para la Protección del Río Danubio» (Ciprd), un organismo internacional con sede en Viena, no se cansa de lanzar campañas de educación ambiental y la sensibilización para reducir la basura en el río.
Cada 29 de junio la Ciprd celebra el «Día del Danubio», durante el que se organizan talleres y excursiones para explicar la importancia de proteger este gran río europeo.
Una de las propuestas de la Ciprd es el uso de bolsas de tela para reducir los residuos plásticos, además de aplicar sanciones económicas a quien contamine.
Keckeis respalda esta doble estrategia de educación y multas, aunque insiste en que «lo esencial será siempre la colaboración ciudadana».
Sólo así se podrá evitar o reducir el consumo de plásticos y volver a tener «hermosas orillas», como dice el famoso Vals de Strauss.
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