El ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz estrena ordenanza sobre bicicletas. En una época en que la tendencia es potenciar el uso de este medio de transporte saludable y ecológico, el consistorio de la Capital Verde Europea de 2012 limita la circulación en las zonas peatonales del centro de la ciudad en horario comercial, además de otras medidas, cuanto menos, discutibles.
La ordenanza, que entra en vigor hoy, establece un horario para la circulación de estos vehículos por las zonas peatonales del centro de la ciudad, calles dedicadas al comercio y habitualmente repletas de viandantes. De 11 a 13 y de 17:30 a 21 horas, en invierno, hasta las 22 horas en verano, las bicicletas no podrán rodar por ciertas arterias de la capital vasca.
En el resto del municipio, los ciclistas solo podrán compartir las aceras con los transeúntes cuando estas tengan más de 3 metros de anchura libres de obstáculos y siempre que no haya como alternativa un carril bici o una zona de tráfico calmado (vías con limitación de 30 kilómetros por hora); en este último caso, deberán circular por la calzada con el resto de los vehículos.
La decisión puede resultar chocante en una época en que se tiende a, precisamente, lo contrario: favorecer el uso de la bicicleta en las ciudades, en detrimento de los vehículos a motor, especialmente el transporte privado. Algunas ciudades limitan el acceso de coches al centro urbano, mientras que otras fomentan el ciclismo con económicos sistemas de alquiler de bicicletas o eficientes carriles bici.
Vitoria es una ciudad estudiada por los profesionales del medio ambiente como ejemplo de capital verde. La urbe vasca dispone, aproximadamente, de 42 metros cuadrados de zonas verdes por habitante, una de las proporciones más altas de Europa, y su Anillo Verde es todo un ejemplo de ordenación urbana. Estas cualidades le valieron para ser Capital Verde Europea en 2012, premio que han logrado metrópolis como Estocolmo, Hamburgo o Copenhague.
Por este motivo, puede llamar especialmente la atención una medida en la que se perjudica la utilización de un medio de transporte que reduce la contaminación y frena las emisiones de CO2. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la circulación de bicicletas debe ser compatible con la presencia de viandantes en las zonas peatonales, una cuestión ciertamente delicada que no tiene una solución clara.
No sabemos cómo afectará la norma a los alaveses que acostumbran a circular por la ciudad sobre dos ruedas, pero deberán adaptarse a las nuevas reglas durante las próximas semanas, en las que las autoridades vitorianas solo informarán a los ciclistas que cometan alguna infracción y no multarán. En adelante, circular por las aceras sin tomar precauciones o sin respetar la prioridad de paso podrá suponer una multa de 45 euros, mientras que la máxima sanción se podrá elevar hasta los 200 por no llevar la luz reglamentaria.
Como he escrito, he estudiado a Vitoria como ejemplo de ordenación urbana y me parece un modelo a seguir, como de hecho lo es, no solo en España sino en Europa. Asimismo he indicado que no es fácil solucionar el problema que plantea compatibilizar a peatones y ciclistas.
Ante este hecho, la solución de poner horarios a la circulación de bicicletas puede que no sea la mejor. Para empezar, creo que la medida puede causar confusión en los usuarios, que tendrán que aprenderse una serie de calles y horarios por donde no podrán circular. Esto puede desanimar a más de uno a coger la bici, sobre todo cuando empiecen a sancionar económicamente a los infractores.
Lo mejor será esperar el resultado de la medida, puede que los ciclistas alaveses se adapten perfectamente a las rutas y horarios establecidos y que la ordenanza termine siendo un nuevo triunfo de la administración municipal en materia de ordenación urbana.
Un saludo Txema.
Que se tomen medidas para favorecer a los peatones limitando el tráfico de bicicletas en zonas exclusivamente peatonales es algo que hay que aplaudir.