El 5 de junio se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente, este año 2013 con el lema «Piensa.Aliméntate.Ahorra», trata de concienciar a la población para ser más responsables a la hora de consumir alimentos, comprando menos cantidad, de este modo evitaríamos tirar a la basura tantos productos caducados, una de las maneras sencillas de cuidar el medio ambiente.

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Aparte de lo poco ético y moral de este hecho, hay que tener en cuenta que todos estos residuos urbanos que tiramos a la basura diariamente, son muy perjudiciales para el medio ambiente,  ya que en la mayoría de la producción de alimentos suponen el uso de fertilizantes y pesticidas, muy dañinos para el ser humano, además de un aumento en las emisiones de CO2, jugando un papel fundamental en el Calentamiento Global.

Para denunciar este hecho, os presento una entrada anterior con los 10 países que más comida tiran a la basura por habitante, basándose en estudios medioambientales de la OCDE.

Teniendo en cuenta este enorme desequilibrio y los efectos devastadores que esto tiene para el medio ambiente, el tema de este año, «Piensa.Aliméntate.Ahorra», pretende dar a conocer el impacto que tienen nuestras decisiones alimentarias y cómo tomarlas 100% informados.

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¿Sabías que…

  • Hay cerca de 6 millones de niños en el mundo que se mueren de hambre cada año.
  • Cada año se pierde o se desecha aproximadamente un tercio de la comida producida en todo el mundo para consumo humano, unos 1.300 millones de toneladas.
  • Grandes supermercados y restaurantes de todo el mundo se deshacen cada día de alimentos que sólo presentan faltas en el envoltorio o que están cerca de caducarse pero que podrían ser consumidos.
  • Los consumidores de los países ricos malgastan prácticamente la misma cantidad de comida (222 millones de toneladas) que la producción neta de alimentos del África Subsahariana (230 millones de toneladas).
  • La pérdida y desperdicio de alimentos suponen además un importante gasto de agua, tierra, trabajo y capital que inevitablemente favorece el efecto invernadero y por tanto, el calentamiento global y el cambio climático.
  • En países en vías de desarrollo, la mayor parte de los desechos y pérdidas se producen en la primera fase de la producción, estos podrían ser controlados con técnicas de gestión y financieras que mejoren el almacenamiento y conservación de los alimentos. Reforzar ese proceso a través de la ayuda a granjeros, inversiones en infraestructuras y transporte ayudaría a reducir los alimentos que se pierden y se desechan.
  • En países con nivel de ingresos medio o alto, la mayor parte de los desechos tienen lugar en la fase final del proceso productivo. Los consumidores juegan un papel importante en estos países a la hora de generar desperdicios. Además, un estudio mostró la falta de coordinación entre los distintos actores de la producción de alimentos. Acuerdos entre granjeros y productores podrían ayudar a mejorar esa situación. Por otra parte, una mayor conciencia en la industria, el comercio y los consumidores y el aprovechamiento de esa comida que más tarde es desperdiciada, ayudarían a reducir las pérdidas y desechos alimenticios.
  • Cada año se producen desembarques de entre 100 y 130 toneladas de pescado, de los cuales 30 millones de toneladas son descartados.
  • En Estados Unidos se desechan cada año un 30% de todos los alimentos producidos, lo que supone un valor de 48,3 billones de dólares (32,5 billones de euros). Se calcula que la mitad del agua empleada para la producción de esos alimentos también es desperdiciada. (Jones, 2004 cited in Lundqvist et al., 2008).
  • Los desechos generados por una familia en el Reino Unido alcanzan los 6,7 millones de toneladas al año, alrededor de un tercio de los 21,7 millones de toneladas compradas. Esto significa que aproximadamente un 32% de los alimentos que se compran cada año no se consumen. Las autoridades se incautan una gran parte de estos (5.9 millones de toneladas o un 88%). La mayor parte de los desechos alimenticios (4,1 millones de toneladas o un 61%) podrían haberse evitado y haberse comido si hubiesen sido mejor gestionados. (WRAP, 2008; Knight and Davis, 2007).
  • El desecho de materias orgánicas en Estados Unidos es el segundo componente más abundante de los vertederos, que son a su vez la principal fuente de emisión de gas metano.
  • La producción global de alimentos ocupa un 25% de la superficie habitable, un 70% de consumo de agua, un 80% de deforestación y un 30% de gases. Es, por tanto, uno de las actividades que más afectan a la pérdida de biodiversidad y a los cambios en el uso del suelo.

Piensa y Consume con cabeza

Piensa, y Consume con cabeza, de este modo lo notará tu bolsillo, y además ayudarás al medio ambiente a evitar la emisión de miles de toneladas de gases de efecto invernadero como son el CO2 y el metano.

Para ayudar en este desempeño, podemos elegir aquellos alimentos cuyo impacto al medio ambiente es menor, es el caso de la comida orgánica en la que apenas se usan productos químicos. O adquirir productos en mercados locales en los que se sabe que no ha sido necesario el transporte y por tanto, no han supuesto tantas emisiones de gas. O planificar la compra de alimentos con cabeza, procurando evitar los antojos.

En definitiva, se trata de que pienses antes de alimentarte y así ahorres para proteger el medio ambiente.

«Salvaguardar el medio ambiente…. Es un principio rector de todo nuestro trabajo en el apoyo del desarrollo sostenible; es un componente esencial en la erradicación de la pobreza y uno de los cimientos de la paz». -Kofi Annan.

Fuente:

www.unep.org