La opción más acertada es acercarte al Colegio y la Asociación de Ingenieros de Montes en Madrid para conseguir un árbol natural. Los árboles artificiales generan una producción enorme de CO2 para la atmósfera, por su fabricación (plástico) y por el transporte que se necesita para su distribución, sobre todo teniendo en cuenta que la mayoría son Made in China. Por lo tanto, no son eco-friendly. Piensa siempre antes de comprar el uso que le vas a dar, y como piensas deshacerte de él cuando ya no lo utilices.

Las especies de Abeto del Cáucaso o de Normandía (Abies nordmanniana) y Abeto rojo (Picea abies) son las recomendadas para poder tenerlas en nuestros hogares. Estos ejemplares provienen de viveros del norte y noreste de España, y se producen a gran escala a partir de semillas que se plantan expresamente para esta ocasión y que permanecen en el vivero un mínimo de tres años. En ningún momento son cortados del monte. Otra de las recomendaciones que nos dan en este centro para adquirir un buen ejemplar: “nos tendremos que cerciorar de que el árbol está vivo y tiene un buen cepellón (parte inferior del árbol que reúne a las raíces y a una buena porción de tierra)”.

 

 

Las especies que deberíamos rechazar son el Abeto blanco (Abies alba) o el Pinsapo (Abies pinsapo) por ser muy delicadas e incluso estar protegidas en algunas comunidades autónomas. El abeto blanco lo podemos encontrar en los Pirineos y el pinsapo, en serranías de la provincia de Cádiz y Málaga a partir de 1.000 metros de altitud.

Nuestro árbol necesitará unos cuidados precisos:

Primero, en la maceta debemos hacer una mezcla de arena y turba o simplemente utilizar tierra vegetal. Es muy importante que la maceta tenga un tamaño adecuado para que soporte las raíces. Una vez que hagamos el trasplante hay que regar con una periodicidad de un día por semana. Ese primer riego es fundamental para la vida del árbol. No debemos situarlo cerca de fuentes de calor (radiadores o estufas), pero sí en un lugar de la casa que sea luminoso.

Debemos evitar rociar el árbol con nieve artificial y con otros productos similares que puedan dañar la vida del ejemplar.

Cuando terminen las fiestas puede ser replantado en algún lugar húmedo y con sombra. Si no sabéis muy bien como se debe hacer, acudir a un experto en la materia o entregarlo a los servicios de recogida del Ayuntamiento de la ciudad en la que residís, para que se hagan cargo de él. Lo podrán replantar, si ha sobrevivido, o servirá para fabricar abono para alimentar a otros árboles, si es que no tiene viabilidad.

 

 

 

Otra sugerencia que os daría, si os interesáis por mantener un planeta más sostenible, es que utilicéis como adornos para la decoración de Navidad materiales biodegradables. Los podréis hacer vosotros mismos con elementos recogidos en un paseo por el campo o simplemente con cartón o papel. Es barato y no ensuciaréis el medio ambiente más de lo que está. Los podéis realizar con palillos de madera, paja, palitos, ramitas, y por supuesto, con piñas naturales de pino. ¡Lo natural está de moda!

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