Mañana, 17 de febrero, comienza la Semana Europea de la Lucha contra la Pobreza Energética 2016, y terminará el próximo 22 de febrero. Una forma de concienciar y de llamar la atención de los gobiernos, instituciones públicas y empresas para que se sumen a iniciativas que garanticen la mitigación de la pobreza energética. Se celebra en estos días en conmemoración a las oleadas de frío que tuvieron lugar en nuestro continente en el invierno de 1956. El invierno más duro y largo en Europa desde que se tienen registros.

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¿Qué es realmente la pobreza energética?

Es la falta de recursos de un hogar para satisfacer sus necesidades básicas de vivienda, lo que constituyen las facturas de energía. Eso incluye el agua, el gas, la electricidad, etc. Las causas son diversas, desde los altísimos precios de la energía en nuestro país, pasando por unos ingresos económicos mínimos, hasta la calidad de la propia construcción donde se habita.

En el año 2014, en España, el 9% de los hogares era incapaz de mantener unas condiciones dignas, más de 4 millones de ciudadanos. Eso situaba a nuestro país casi en el podio, en el cuarto puesto en el ranking europeo con más habitantes en esta precaria situación, según los últimos estudios realizados por la Asociación de Ciencias Ambientales.

Por lo tanto, es una condición a la que casi cualquier español le podría llegar a suceder. Por ello, lo que se está tratando de promover son unas políticas responsables que prevean y actúen en consecuencia frente a la pobreza energética. Una cuestión a la que por desgracia y para desesperación de la ciudadanía, todavía no se le ha dado solución; por falta de entendimiento entre todas las partes, y una pasividad que hace ”hervir la sangre” a más de uno.

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Se debería promover un modelo donde a partir de un mínimo se cobre, los que consuman más, más pagan, o los que posean una segunda vivienda. Es decir, que las necesidades básicas estén siempre cubiertas, te suceda, lo que te suceda. Además de favorecer las energías renovables, potenciarlas, no dejarlas en la estacada como ha sucedido.

Necesitamos una sinergia entre todos los actores, unos para que creen empleo (las empresas) y otros para que faciliten o supriman las trabas existentes para poder tener un hogar digno, instituciones y gobierno; aunque las empresas también deberían de “arrimar el brazo”. No es que me guste comparar, pero en otros países europeos con un mayor poder adquisitivo, los precios de estas facturas son más bajos, porque el término fijo no existe o es mucho más barato, y no han tenido tanta subida como en España, y eso que hace más frío en esas latitudes.  De nuevo, aparecemos en el ranking, no por precios bajos, sino por los más altos de nuestro entorno. El 4º puesto en la luz y el 3º por el gas en Europa.

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Algo debería ya de cambiar:

Políticos y empresarios os invoco, sí. Vosotros que hacéis y deshacéis a vuestro antojo, que manejáis los poderes supremos, tener compasión de vuestros pobres y humildes siervos. Esos que sufren las condiciones climáticas más adversas sin tener ayuda de nadie. Desprotegidos, no les queda más protestar y esperar a que los «dioses» encuentren la “iluminación” y tengan clemencia.