Si nos adentramos en los libros de botánica antiguos, podemos apreciar la gran estimación que tenían a esta planta en las poblaciones de montaña, lugar original de su crecimiento (Europa y Norte de América). En la actualidad, está prohibida su recolección silvestre, ya que está desapareciendo de las latitudes en donde antes se encontraba con facilidad. La Árnica montana L. es una planta con flores amarillas muy reconocibles, que se puede cultivar en casa aunque con precaución, porque el mismo compuesto que cura exteriormente, también hace enfermar si se ingiere.

Las propiedades más significativas de la Árnica: analgésica, antiinflmatoria y con efecto calorífico.

Por eso es perfecta para dolencias habituales como son torceduras o esguinces, caídas sin heridas abiertas, artritis reumatoide, dolores musculares en general (indicado sobre todo para contracturas), e incluso congelaciones. Una planta muy usada en Fitoterapia.

En la farmacia suelen vender muchos productos que levan en su composición esta planta, pero hay que ver con cuidado y detención la cantidad, porque suele ser insignificante, además de llevar otra serie de ingredientes químicos (en su mayoría) poco recomendables. Es mucho mejor adquirir un producto que sea 100% natural y si es con certificación ecológica mucho mejor.

Me gusta especialmente la Crema a la Árnica de Ladrome, una marca francesa de la que ya he escrito anteriormente experta en remedios saludables para casi cualquier achaque. Un envase de 50 ml con un concentrado de extracto Árnica al 13% y un 5% de macerado oleoso de Árnica, hace que sea un producto potente y eficaz. A esta planta se le unen el aceite esencial de Helichrysum, para disminuir los golpes y moratones; el aceite esencial de Gaulteria, para que no moleste o duela; y finalmente, el aceite esencial de menta, para calmar y refrescar la zona. No recomendado para niños pequeños, a partir de 12 años se puede aplicar con cuidado, ya que puede dar reacciones alérgicas en personas sensibles. Lo mejor es probar un poco y ver la reacción pasado un tiempo antes de aplicar gran cantidad.

Está certificada por ECOCERT y COSMEBIO, y contiene un 99,5% de ingredientes naturales, y de ellos un 22,55% son de procedentes de agricultura ecológica. Por supuesto, no lleva OMGs (organismos modificados genéticamente), ni ingredientes derivados de la industria petroquímica (parafina, silicona, PEG, PPG,…), tampoco Glycol Ether, ni sales de aluminio, colorantes artificiales ni perfumes sintéticos, tampoco conservantes sintéticos (parabenos, fenoxietanol, EDTA, DMDM,…). Además, no está probada en animales, manteniendo desde un principio una producción respetuosa con el medio ambiente.