Las últimas tendencias en decoración apuntan hacia la creación de espacios muy personales, en los que no se sigue ninguna línea muy definida. Se busca el crear contrastes mediante el color, las texturas o determinados objetos que sobresalen y destacan. Aquí te proponemos algunas ideas para la remodelación de tu casa. Quizás lo más nuevo es, la llamada corriente “mezcla de estilos”, y claro está, de épocas. Para ello se necesita una buena dosis de personalidad y una visión panorámica de la vivienda, para poder jugar con las dimensiones y los elementos. Se propone que la casa sea un fiel reflejo de la personalidad del dueño.
En esta variedad de estilos se halla el gusto, pero hay que saber dosificarse, porque puede acabar por ser un interiorismo desastroso. El diseño moderno, rústico, clásico, nórdico, industrial, retro, shabby chic o el barroco pueden habitar en un mismo lugar sin resultar chocantes. También está permitido en un proyecto, la combinación de muebles y piezas de diferente coste económico. Estilo no significa lujo. La sabia combinación de lo barato y lo caro, suele dar como resultado un espacio armónico.
Y acercándonos más al tema de la adquisición, es factible comprar un lámpara de araña, del estilo más barroco que uno se pueda imaginar, e instalarla a la altura de una librería con reminiscencias nórdicas; los estilos opuestos muchas veces se atraen.
Redecorar nuestro piso, nuestro chalet o nuestro apartamento puede resultar una tarea muy divertida, llena de ingenio. Quizás lo peor en lo que se puede caer, es que la casa se vea demasiado fría, o sin nexos de unión. Muchas veces esto lo podemos plasmar con los textiles, una buena alfombra, o un buen tejido para las cortinas o para el sofá, puede hacer milagros en el carácter acogedor de los hogares. Tampoco es bueno dejar espacios muy limpios, sin contrastes. Queda mucho más atrayente impactar con colores complementarios en puntos estratégicos que nos ayuden a conformar una envoltura, y nos ayuden a fijar la vista en esos sitios. Funcionan a la perfección, las texturas de los objetos o de los materiales con que vayamos a componer nuestro diseño, que no sean lisas: rugosas, con motivos en relieve, dibujos…
Respecto a las obras de arte de vanguardia, podemos colocarlas en las paredes sin que resulten demasiado llamativas, si tenemos en pensamiento descargar el peso compositivo con otras piezas que también llamen la atención, y equilibren el espacio. También queda estupendo, el mix de muebles recuperados o reutilizados, con estilos modernos en los sillones. Y siempre que vayas a adquirir nuevos productos, asegúrate de que sean lo más ecológicos y sostenibles posibles.
Una habitación con tonos muy similares es poco beneficiosa y atrayente. Lo más nuevo, por ejemplo, en salones y cocinas es combinar diferentes tipos de sillas, y de colores, por supuesto. O en una estancia con una cama clásica o una cama shabby chic, concebir una pared llena de recuerdos fotográficos en blanco y negro, pero todo con mesura. Siempre hay que probar, y hacer una pequeña visualización en mente de lo que queremos, sobre todo a la hora de incorporar nuevos objetos. Y siempre que no sepamos muy bien que es lo que queremos, dejarnos asesorar por profesionales del sector que nos pueden aconsejar y enseñar que nos puede encajar mejor.
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