Hoy 24 de junio se celebra el Día Internacional de la Contaminación Electromagnética 2015, una jornada de reflexión sobre el uso indiscriminado de la Tecnología y sus posibles efectos adversos sobre la salud que numerosos expertos ya se cuestionan desde el punto de vista médico.

En algunos países como en Suecia ya la ha reconocido como una enfermedad laboral  y motivo de baja laboral por invalidez física. Un paso adelante en una cuestión que en España aún está por decidir, aunque los Tribunales de Justicia ya dieron la razón a una trabajadora en el año 2011 por padecer esta grave afección que le impedía cumplir con sus funciones laborales.

Ahora queda por determinar muchos aspectos y que el Estado y los profesionales de la salud cercioren lo que está ocurriendo fehacientemente, y pongan las medidas oportunas al respecto. Muchos de los padecimientos de la sociedad actual están detrás de esta electrosensibilidad no diagnosticada, desde las migrañas a trastornos intestinales que no remiten con el tiempo, y muchas dolencias más que si se cogen fuera de contexto podrían pasar totalmente desapercibidas por los médicos.

Los nuevos aparatos que se quieren instalar en todos los hogares, esos contadores inteligentes, así como el wifi que ya reina en cualquier lugar de moda que se precie (nadie se libra de él), son los últimos bastiones por vencer en esta guerra en la que nadie da por hecho que todos somos los perdedores. Hasta las escuelas están queriendo formar parte de esta uniformidad tecnológica, que arrastra la salud de los niños que allí aprenden, e incluso adelantando la edad de disponer de móvil propio los propios padres sin estar al corriente de los efectos dañinos de su uso (en muchos aspectos).  Un futuro lleno de sorpresas nos aguarda.

La Organización Mundial de la Salud ya en el año 2011 hacía hincapié en la evidencia científica de que los dispositivos móviles pasaban a formar parte del grupo de elementos que posiblemente son cancerígenos humanos, se les clasificaba en el grupo 2B. 31 científicos de 14 países concluyeron con esta afirmación después de diferentes investigaciones.

Los grandes beneficios de los “lobbys” de la telefonía móvil están haciendo que cualquier asunto que se interponga en este suculento provecho, pase a un segundo plano. Así, los dispositivos inalámbricos suponen un peligro para la salud pública, tal y como recoge la Resolución 1815/2011 de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (APCE). Frente a este avance imparable en el que cada vez se exige que se disponga de más y más conexiones con todo tipo de dispositivos, el gobierno debe mantener el principio de precaución para velar por los intereses de toda la sociedad en su conjunto, no por el provecho de unas empresas privadas.

Uno de los mejores expertos en esta materia de nuestro país, es el profesor de la Universidad de Alcalá de Henares, José Luis Bardasano que lleva muchos años estudiando el electromagnetismo aplicado a las personas:

La encargada de sincronizar los ritmos de sueño-vigilia es la luz, que tiene una pequeña franja del espectro de radiaciones electromagnéticas y es la que pone en hora los ritmos de nuestro propio cuerpo, a través de los relojes biológicos. Cuando los ritmos se descompensan por algún motivo, como las ondas electromagnéticas, aparecen cronopatías que pueden alterar los ritmos celulares, creando serios problemas.

Otra noticia reciente habla de la contaminación electromagnética como posible causante de la desaparición de las abejas, al parecer las desorienta y no pueden encontrar su colmena. Y es que los efectos dañinos no se quedan en los organismos humanos, sino que afectan a todos los seres vivos. Un factor que afecta al Medio Ambiente de manera clara y directa.