¿Tienes tus sillas del salón estropeadas y la tela ya no te gusta? No te preocupes, la solución es fácil, prueba a retapizarlas de nuevo. Algo que resulta sencillo y barato, además de renovar la decoración de tu hogar en un plis-plas. Lo mejor es escoger telas que te hayan sobrado de otras partes, o pasarte por alguna tienda a encontrar restos o retales. Lo que se lleva ahora es la mezcla de tejidos y estampados. No intentes tapizar todo igual, queda demasiado clásico. El mejor consejo si quieres no desentonar mucho con el resto de la estancia, es usar las mismas tonalidades; aunque lo fresco es sorprender con detalles de otros colores.

Para calcular los metros de tela: para una butaca necesitas 2 ó 3 metros de tela, y si es una silla harán falta unos 80 centímetros, solamente el asiento; y alrededor de 1 ó 2 metros si también se tapiza el respaldo.

Elige tejidos resistentes y duraderos, en especial si tienes niños o mascotas, sino puede ser que duren menos de lo esperado. Los tonos que no sean demasiado claros, en ellos se ve cualquier tipo de mancha y suciedad, y tampoco es cuestión de estarlas limpiando todo el día.

Otra opción muy de moda es tapizar con sacos de arpillera o yute, reutilizándolos, incluidos los mensajes publicitarios o informativos que llevan. Desde luego a resistencia no les gana nadie, y el medio ambiente se dañará menos. Procura elegir tejidos ecológicos naturales, son de mejor calidad y a la larga se termina notando. El algodón ecológico es el rey.

Se impone retapizar cada silla de un color e incluso dentro de la misma silla alternar diferentes estampados para el respaldo o el asiento. Juega con los contrastes y los diferentes objetos de la habitación, para elegir correctamente la tela.

Lo fundamental es comprar una buena grapadora para hacerlo tú mismo, solo deberás retirar la tela anterior y estirar bien la nueva al colocarla sobre la superficie para no crear arrugas, e ir grapando para que quede bien sujeta después se puede rematar con algún galón, cinta de pasamanería o chinchetas para cerrar el conjunto; aunque en algunas sillas o sillones este paso no hace falta.

Quedan fenomenal las sillas antiguas con telas modernas y coloridas, así que si tienes alguna heredada de tus abuelos o bisabuelos, no se te ocurra tirarla, ¡tienes un tesoro entre tus manos! Se lija y se echa una capa de pintura ecológica, se da cera de abejas y queda como nueva, a no ser que quieras que siga teniendo el gusto antique que tanto entusiasma a todo el mundo (yo me incluyo).