Soy una de esas personas que siente preocupación por el medioambiente. Constantemente estoy dando la lata a los miembros de mi familia para que separen residuos y hagan su pequeña contribución a la mejora del medioambiente, así que cuando estoy fuera y tengo que tirar algo, también reciclo. Siempre y cuando que me dejen, claro.
Digo que siempre y cuando me dejen, porque en los Centros Comerciales madrileños no hay papeleras adaptadas para la separación de residuos. La mayoría, sino todos, tienen papeleras sin adaptar donde todos los residuos de los visitantes del centro van a parar a ellas. Además de estas, algunos de ellos tienen unas papeleras adaptadas a la separación, cilíndricas y con tres huecos para separar orgánico, envases y plásticos y papel, pero adivinad qué: ¡Tienen una bolsa común! Y como ejemplo, os pongo el que me coge más cerca, el C.C. La Vaguada, de dónde es la fotografía que saqué con mi teléfono.
Al principio, cuando las implantaron, se podía ver perfectamente como cada hueco tenía una bolsa de un color distinto a las demás: bolsa negra para los residuos orgánicos, amarilla para los envases y plásticos, y azul para el papel. Ahora tienen esto:
A simple vista pueden parecer tres bolsas negras distintas, pero no lo son. Lo he comprobado. Algunas de estas papeleras no están selladas correctamente, y puede verse muy bien como se usa una única bolsa para, supuestamente, separar los tres tipos de residuos, y además, si os asomáis un poco, podréis ver todos los residuos juntos al fondo.
Decir en su favor, que aunque las papeleras de las zonas de restauración, ocio y comercial no estén adaptadas para la separación de residuos, tienen contenedores de cartón, vidrio y orgánico en zonas no accesibles al público (donde van a parar los residuos de las tiendas o establecimientos), y contenedores para aparatos electrónicos y pilas cerca de las puertas de acceso al centro desde el aparcamiento.
Una vez visto esto, y no sólo en un Centro Comercial (pues diversas fuente me han confirmado que pasa lo mismo en otros de Madrid, o incluso, Valencia), creo que si los ayuntamientos tienen la intención de multar a las comunidades de vecinos por no reciclar bien, deberían plantearse también multar a aquellos centros públicos que o bien no den la opción de reciclar a los usuarios por la falta de papeleras, o bien finjan que dan la opción pero en realidad no, como acabo de demostrar.
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