El remedio para frenar la alarmante degradación medioambiental pasa por la drástica reducción en la generación de los gases de efecto invernadero y la ampliación de la superficie forestal, acciones que deben ir acompañadas del uso de nuevas tecnologías menos agresivas con el medio, de un menor consumo energético y de un aumento en el uso de fuentes de energía renovables.

Todas estas medidas deben propiciarse cin un compromiso verdadero a nivel mundial.

Pero, además, todos los ciudadanos del mundo tenemos que comprometernos inexcusablemente e implicarnos en la solución.

Tendremos que cambiar los estilos de vida y las normas que los rigen, así como educar a nuestros hijos en los nuevos patrones que de ello se deriven.El óxido de nitrógeno y el dióxido de azubre en interacción con el vapor de agua atmosférico pueden desencadenar las llamadas lluvias ácidas, que provocan efectos devastadores en la masa forestal.

La conservación del bosque lluvioso tropical, o pluvisilva, en Brasil es fundamental para frenar el cambo climático. la destrucción de los bosques provoca el aumento de la concentración de CO2 por la actividad industrial de tala y por el cese de la fotosíntesis en la masa forestal tallada.

El deshielo de los glaciares no sólo está afectando a las zonas polares. Los glaciares alpinos de todo el mundo han sufrido también retrocesos muy significativos en las últimas décadas.

La progresiva destrucción de los glaciares, el avance de la floración en primavera, la perturbación en las migraciones de las aves o los cambios en los ecosistemas tradicionales, son solo algunos de los principales cambios producidos por el calentamiento global del planeta.

Cada uno de nosotros puede (o debe) poner en práctica medidas sencillas como las siguientes:

  • Usar mayoritariamente el transporte público y recorrer a pie las distancias asequibles.
  • Utilizar automóviles eléctricos o impulsados por combustibles bionaturales. En caso de cambio de coche se debería tener presente el consumo de combustible: un coche que consume 5 litros cada 100 kilómetros puede ahorrar 750 kilos de emisiones de CO2 al año.
  • Hablando de coches, conviene permanecer atento también al nivel de aire de los neumáticos: si este es inferior a 0,5 bar, el coche utiliza un 2,5% más de combustible para superar la resistencia y, por lo tanto, emite un 2,5% más de CO2. También se deben usar lubricantes para motores de baja viscosidad.
  • Controlar el consumo de agua, electricidad y gas, puesto que son recursos extinguibles.
  • Aislar térmicamente nuestros hogares y regular los estados de calor/frío. Para ello, se pueden poner aislantes en los intersticios de puertas y ventanas, o cambiar el vidrio simple por vidrio doble.
  • Comprar los electrodomésticos imprescindibles y, preferiblemente, los modelos más ecológicos (los de bajo consumo). Apagar los electrodomésticos que no se estén usando y no dejarlos en stand-by (modo apagado con la luz roja encendida).
  • Poner la tapa a las ollas y sartenes mientras se cocina y apagar el fuego antes de tiempo para aprovechar el calor residual en la cocción de los alimentos.
  • Separar nuestros residuos según categorías (vidrio, plástico, material orgánico, papel, aceites, pilas …) y propiciar su reciclaje.
  • Aumentar nuestro compromiso con el medio ambiente (participar en reforestaciones, respetar bosques y playas, denunciar agresiones a los ecosistemas …).
  • Concienciar a nuestros hijos para que colaboren en perpetuar los recursos finitos de nuestro planeta.

Enlace: Artículos de Phylosoft sobre el Cambio Climático