La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha concedido al Sistema Agrosilvopastoril Montañas de León el reconocimiento como Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM), máxima distinción que identifica espacios únicos que destacan por sus valores paisajísticos, agronómicos, culturales y antropológicos.
Con este nuevo reconocimiento, España suma ya cinco SIPAM, y es el tercer país con mayor número, tras China y Japón. Hasta ahora estaban reconocidos el Valle Salado de Araña (Álava), el cultivo de la uva pasa en La Axarquía (Málaga), los olivos milenarios del Territorio Sénia (Tarragona, Teruel y Castellón) y el sistema de riego histórico de la huerta de Valencia.
La FAO tiene reconocidos 72 sistemas de patrimonio agrícola repartidos en 23 países.
El Sistema de Patrimonio Agrícola de Importancia Mundial (SIPAM) implica no solo paisajes naturales singulares, sino también prácticas agrícolas que generan medios de vida en las zonas rurales y que combinan biodiversidad, ecosistemas resilientes y tradición e innovación de una manera única.
Importancia global
La singularidad de la Sierra de León en biodiversidad y diversidad cultural se refleja en paisajes de alto valor que incluyen un excepcional patrimonio cultural agroforestal y ganadero. Mantiene los sistemas tradicionales de organización del territorio y conserva las razas autóctonas y los productos agroalimentarios que han sido reconocidos con marcas de garantía, denominaciones de origen o indicaciones geográficas protegidas. Este territorio agroforestal y ganadero cuenta además con figuras de gestión, protección, conservación y valorización que garantizan su gobernanza y compromiso con el desarrollo sostenible.
Seguridad alimentaria y de medios de vida
Los sistemas agrícolas tradicionales siguen siendo la principal fuente de alimentos e ingresos para unos dos millones de personas en todo el mundo, principalmente comunidades locales y pequeños agricultores. Desde el cultivo y aprovechamiento de castaños y otros frutales desde la época romana, hasta la diversidad generada a lo largo de los siglos en cultivos y ganadería para el mejor aprovechamiento del espacio y del tiempo, todo el territorio se encuentra alejado de la globalización urbanística, la degradación ambiental y la demografía, o la presión de los grandes núcleos de población.
Agrodiversidad
La capacidad de sus habitantes para domesticar, mantener y adaptar la biodiversidad agrícola se ha mantenido durante siglos, dando como resultado la conservación y salvaguarda de especies autóctonas como el Gallo Pardo y el Indio de León, únicos en el mundo y que necesitan de un entorno muy específico para su desarrollo. La especie bovina Mantequera Leonesa, es una especie única para la producción de productos lácteos y ha recibido reconocimiento internacional durante décadas; o la cría del caballo Hispano-Bretón como una de las razas más distintivas del planeta, para lo que este territorio proporciona los ecosistemas y formas de vida necesarios para su salvaguarda.

Ejemplar de caballo Hispano-Bretón.
Sistemas de conocimientos locales y tradicionales
Las comunidades locales han establecido una serie de sistemas agrícolas, ganaderos, forestales, cinegéticos y pesqueros basados en el conocimiento del entorno y relacionados con las nuevas tendencias del desarrollo sostenible, como la economía circular, que ha permitido y sigue permitiendo el uso continuado de los territorio sin agotarlo ni degradarlo. Hoy, muchos de ellos están avalados por sellos de calidad, reuniendo procesos, técnicas y saberes locales heredados de siglos atrás. Gran parte de este conocimiento ahora coexiste con otras técnicas innovadoras que contribuyen a mejores rendimientos y calidad.
Culturas, sistemas de valores y organizaciones sociales
La agricultura y ganadería en la Sierra de León incluye sistemas de valores y prácticas agrícolas asociadas al medio ambiente, fiestas y rituales, que suman una transmisión de saberes y tradiciones a las nuevas generaciones. Ejemplos típicos son las tradicionales ferias ganaderas que se celebran en muchos pueblos desde hace siglos y que son un punto de encuentro de los ganaderos que participan en el intercambio de conocimientos, aportando el dinamismo necesario para mantener vivos estos sistemas. Las instituciones locales juegan un papel clave en el equilibrio de los objetivos ambientales y socioeconómicos, en el fortalecimiento de la resiliencia y la capacidad reproductiva de todos los elementos y procesos fundamentales para el funcionamiento del sistema agrícola.
Características de los paisajes
Dehesas, setos naturales, muros de piedra seca, la retícula de árboles frutales o la estructura de viñedos en pendiente son algunos de los paisajes resultantes de la interacción del ser humano con el territorio de la Sierra de León. Todo ello, unido a la belleza y reconocimiento que aportan las siete Reservas de la Biosfera que conviven en directa armonía con los sistemas agrícolas de los pueblos que las componen, constituyen un territorio único que reúne componentes difíciles de encontrar en otros lugares del el mundo.
A diferencia de los otros SIPAM, caracterizados por ser espacios reducidos basados en una única producción agroalimentaria, en el caso de Montañas de León se trata de una amplia extensión de 10.000 kilómetros cuadrados –es el tercero más extenso del mundo– con aprovechamiento simultáneo agrícola, ganadero y forestal.

Los Argüellos es una de las comarcas históricas más tradicionales de León, en España, y es producto de la unión de los valles donde nacen los ríos Torío, Bernesga y Curueño.
Se da la singularidad de que la montaña leonesa alberga más de una tercera parte del único Parque Nacional habitado de España (Picos
de Europa) y siete espacios catalogados como reservas de la biosfera: Picos de Europa, Alto Bernesga, Los Ancares Leoneses, Babia, Los Argúellos, Valle de Laciana y Valles de Omana y Luna.
De ahí que el resultado sea un “sistema resiliente, triplemente sostenible desde una perspectiva medioambiental, social y económica, basado en un conocimiento y técnicas seculares que ha permitido a sus habitantes una autosuficiencia alimentaria completa y equilibrada fruto de una economía circular sin desperdicio”.
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