Hoy se conmemora el Día Internacional de la Diversidad Biológica 2023, y como no podría ser de otra forma, hay que resaltar uno de los reductos más destacados de biodiversidad del planeta, que se encuentra en las islas Galápagos.

Ubicadas en el Océano Pacífico frente a la costa de Ecuador, son reconocidas en todo el mundo como un verdadero paraíso de biodiversidad. Estas islas volcánicas son famosas por su rica vida silvestre y su impacto en la teoría de la evolución de Charles Darwin.

Las islas Galápagos están conformadas por 13 grandes islas formadas hace 4 millones de años por procesos volcánicos. Algunas de las cuales se encuentran a más de 3.000 metros del fondo del Océano Pacífico. Las islas más grandes comprenden uno o más volcanes de escudo de pendiente suave, que culminan en cráteres o calderas, y el terreno generalmente está compuesto por flujos de lava marina elevados.

Imagen de Penny

Lagartos marinos tomando el sol. Imagen de Penny.

Tienen distintos reconocimientos internacionales:

  • Patrimonio Natural de la Humanidad (Declarado por la UNESCO en 1978)
  • Reserva de Biósfera (Declarada por la UNESCO en 1984)
  • Humedales del sur de Isabela declarados como sitio Ramsar en 2002

No está demás, dejarnos sorprender por la variedad de especies que habitan las Islas Galápagos y la importancia de su conservación.

Un laboratorio natural de evolución

Las islas Galápagos han sido descritas como un «laboratorio natural» debido a su aislamiento geográfico. Durante millones de años, las especies que llegaron a estas islas se adaptaron y evolucionaron de formas únicas, dando lugar a una diversidad sin igual. Esta evolución divergente es evidente en las diferentes especies de pinzones de Darwin, que desempeñaron un papel crucial en la formulación de la teoría de la evolución por selección natural, aunque muchos investigadores sostienen que esta teoría natural no fue del todo cierta, sino que más bien fue desarrollándose según la tesis del biólogo francés Jean B. Lamarck, mediante «colaboracionismo» en equilibrio.

Imagen de PublicDomainPictures

Tortuga gigante. Imagen de PublicDomainPictures.

Flora excepcional

Las islas Galápagos albergan una asombrosa variedad de plantas endémicas que no se encuentran en ninguna otra parte del mundo. Desde cactus gigantes hasta árboles de incienso y líquenes coloridos, la flora de las Galápagos es única y fascinante. Algunas de estas especies han desarrollado adaptaciones sorprendentes para sobrevivir en un entorno volcánico y árido, como la capacidad de retener agua en sus tejidos o tener raíces que se extienden sobre la lava.

Fauna extraordinaria

La vida silvestre de las islas Galápagos es verdaderamente excepcional. Es hogar de varias especies endémicas, como las tortugas gigantes, iguanas marinas, piqueros de patas azules y lobos marinos de Galápagos. Estos animales únicos han evolucionado sin temor a los depredadores y han desarrollado adaptaciones sorprendentes. Por ejemplo, las iguanas marinas han aprendido a sumergirse y alimentarse de algas marinas, mientras que las tortugas gigantes exhiben diferentes formas de caparazón según la isla en la que viven.

Biodiversidad marina

Las aguas circundantes de las islas Galápagos también son una fuente inagotable de biodiversidad. Sus arrecifes de coral son el hogar de una gran variedad de peces tropicales, tiburones, rayas y tortugas marinas. Además, las corrientes oceánicas frías y cálidas se mezclan en esta área, creando un entorno ideal para una vida marina abundante. Las islas Galápagos también son conocidas por sus avistamientos de ballenas y delfines, lo que añade otra dimensión de diversidad a este ecosistema marino. Es el único lugar en el mundo en donde se pueden observar, por ejemplo, pingüinos nadando sobre corales.

Imagen de Dave Emsley

Ejemplar de fragata. Imagen de Dave Emsley

Desafíos de conservación

A pesar de su importancia ecológica, las islas Galápagos se enfrentan a numerosos desafíos de conservación. La introducción de especies invasoras, la pesca ilegal, la contaminación y el turismo descontrolado son algunas de las amenazas que enfrenta la biodiversidad de las Islas Galápagos. Es fundamental tomar medidas para proteger este frágil ecosistema y garantizar su preservación a largo plazo.

El Parque Nacional Galápagos y la Reserva Marina son áreas protegidas que buscan conservar la biodiversidad de las islas. Se implementan estrictas regulaciones para controlar la llegada de especies invasoras y limitar la actividad humana en ciertas zonas sensibles. Además, se promueve la educación ambiental y la investigación científica para comprender mejor los ecosistemas y tomar decisiones informadas para su conservación.

Se han encontrado solamente allí más de 2900 especies marinas, de las que el 18.2% son endémicas. Superando las 45 especies de aves endémicas, 42 de reptiles, 15 de mamíferos y 79 de peces, las islas Galápagos mantienen todavía un marcado carácter prístino, a pesar de las invasiones.

Las Islas Galápagos también tienen una rica variedad de flora endémica, alcanzando 500 especies entre plantas vasculares, briófitas y algas.

Patrimonio de todos

La biodiversidad de las Islas Galápagos también tiene un valor global. No solo es un patrimonio natural de Ecuador, sino que su importancia científica y educativa trasciende fronteras. Muchas organizaciones internacionales colaboran con el gobierno ecuatoriano para apoyar la conservación de las Islas Galápagos y promover la sostenibilidad en la región.

Las Islas Galápagos son un tesoro natural incomparable en términos de biodiversidad. Sus especies únicas, tanto terrestres como marinas, han evolucionado en aislamiento durante millones de años, generando un laboratorio natural para el estudio de la evolución y la conservación de la vida silvestre. Sin embargo, también enfrentan amenazas significativas que requieren una gestión adecuada y un compromiso global con la conservación. Preservar las Islas Galápagos es esencial para mantener su valiosa biodiversidad y asegurar su legado para las generaciones futuras.