El 22 de marzo de cada año se celebra el Día Mundial del Agua, para tratar de centrar la atención en la importancia del agua. 

El lema del Día Mundial del Agua 2018 es «la Naturaleza del Agua», con el objetivo de explorar las soluciones basadas en la naturaleza a los desafíos del agua que nos enfrentamos en el siglo XXI.

2 de marzo, Día Mundial del Agua 2018 con el lema "la Naturaleza del Agua"

Los ecosistemas dañados afectan la cantidad y calidad del agua disponible para el consumo humano. En la actualidad, 2.100 millones de personas viven sin agua potable en el hogar; afectando su salud, educación y los medios de vida.

El 6º Objetivo de Desarrollo Sostenible se compromete a garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos, incluye la meta de reducir a la mitad la proporción de agua que se malgasta y aumentar su reciclaje. Para garantizar que todos tengan acceso a agua segura para el año 2030, e incluye objetivos de protección del medio ambiente natural y reducción de la contaminación.

La humanidad necesita agua

Una gota de agua es flexible. Una gota de agua es poderosa. Una gota de agua es más necesaria que nunca.

El agua es un elemento esencial del desarrollo sostenible. Los recursos hídricos, y la gama de servicios que prestan, juegan un papel clave en la reducción de la pobreza, el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental. El agua propicia el bienestar de la población y el crecimiento inclusivo, y tiene un impacto positivo en la vida de miles de millones de personas, al incidir en cuestiones que afectan a la seguridad alimentaria y energética, a la salud humana y al medio ambiente.

En la actualidad más de 663 millones de personas viven sin suministro de agua potable cerca de su hogar, lo que les obliga a pasar horas haciendo cola o trasladándose a fuentes lejanas, así como a hacer frente a problemas de salud debido al consumo de agua contaminada.

La respuesta está en la naturaleza

La celebración de este año se centra en explorar cómo la naturaleza puede ayudarnos a superar los desafíos que plantea el agua en el siglo XXI.

Los problemas medioambientales, junto con el cambio climático, provocan las crisis asociadas a los recursos hídricos que ocurren en todo el mundo. Las inundaciones, sequías y la contaminación del agua se agravan con la degradación de la cubierta vegetal, los suelos, los ríos y los lagos.

Cuando descuidamos los ecosistemas, dificultamos el acceso a los recursos hídricos, imprescindibles para sobrevivir y prosperar.

Las soluciones naturales pueden dar respuesta a muchos de los desafíos relacionados con el agua. Queda mucho por hacer para implantar las infraestructuras ecológicas y armonizarlas con las tradicionales allí donde sea posible.

Plantar bosques, reconectar los ríos con las llanuras aluviales y restaurar los humedales devolverá el equilibrio al ciclo del agua, además de mejorar la salud pública y los medios de vida.