Las razones que han determinado la inclusión de un sitio en la Lista del Patrimonio Mundial provoca que millones de turistas lo visiten todos los años.
Los sitios de la Convención del Patrimonio Mundial, designados por la Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia, la Educación y la Cultura (UNESCO), son lugares de un «valor universal excepcional».
En parte, este fervor colectivo por conocer los sitios del Patrimonio Mundial puede ser beneficioso. El aumento de visitas a estos sitios da a conocer la historia de la cultura humana y puede inspirar un interés sobre distintas disciplinas de las artes, humanidades y las ciencias.
El turismo internacional puede tender lazos afectivos sobre otras culturas diferentes, y las visitas a los sitios del Patrimonio Mundial en particular pueden brindar a las personas una mayor comprensión intercultural.
Los visitantes internacionales a los sitios del Patrimonio Mundial también pueden impulsar la economía local, proporcionando puestos de trabajo en el sector turístico.
Daños irreparables
El turismo, como actividad productiva, puede ser ampliamente beneficioso, pero también puede ser considerablemente destructivo si no es manejado adecuadamente, ya que puede acabar con la riqueza de los patrimonios naturales y culturales de cualquier país.
La degradación ambiental, el daño a monumentos u obras de arte, la alteración de los ecosistemas, el desplazamiento de la población local y la interrupción de su acceso a sus propios recursos y tradiciones históricas o espirituales: todas estas son consecuencias potencialmente negativas que pueden surgir como resultado del turismo de masas.
A continuación os muestro varios casos:
Machu Picchu

Machu Picchu, Perú. Fotografía de Babak Fakhamzadeh
Un ejemplo de un sitio que experimenta los efectos nocivos del turismo de masas es Machu Picchu , la icónica «Ciudad Perdida de los Incas» en Perú.
El Machu Picchu es el destino turístico que más ingresos reporta a Perú. Ha recibido 2.800 visitantes diarios en 2017.
Aunque la capacidad de carga recomendada por la UNESCO para el sitio no supera los 2.500 visitantes por día, durante los populares meses de verano, las visitas diarias son dos veces más frecuentes. Con tantos visitantes, el sitio está perdiendo rápidamente su integridad, con algunos viajeros de mal comportamiento escalando los monumentos, tomando piedras de antiguos muros de piedra y faltándole el respeto al sitio.
En el año 2000, cuando se rodó en Machu Picchu un anuncio de cerveza, se cayó una grúa sobre el Intihuatana, un antiguo reloj solar, y se rompió parte de la estructura.
Venecia
En Venecia, 20 millones de visitantes al año inundan la ciudad, cuando su población no llega a los 60.000 habitantes censados. En un solo día, un crucero puede atraer multitudes casi tan grandes como la población de toda la ciudad.
El número de turistas de Venecia trae una serie de problemas sociales y ecológicos. El comercio local fue muriendo al tiempo que crecían los restaurantes, hoteles, tiendas de recuerdos hechos en China y el número de grandes cruceros.
En 2012, se estrenó el documental «El síndrome de Venecia», de Andreas Pichler, en el que se muestran los efectos del turismo de masas sobre la ciudad italiana.
Lagos de Plitvice

Lagos de Plitvice
Los Lagos Plitvice están situados en el parque nacional en Croacia, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1979. Las numerosas construcciones turísticas en la zona ponen en peligro un paraje que todavía alberga especies como el lobo, el lince y el oso pardo. Si a eso le sumamos los más de un millón de personas al año que lo visitan, la creación y mantenimiento de un plan de protección adecuado es fundamental para supervivencia.
Bali

Playa de Bali
Bali es una de esas islas paradisíacas que corre serio peligro. El turismo masivo que sufre este lugar de Indonesia provoca toneladas de basura y pone en riesgo el resto de islas de la zona.
Las islas Galápagos
El paraíso natural que conforman las islas Galápagos (Ecuador) es víctima del turismo y las especies invasoras. Los miles de cruceros de lujo que llegan a sus costas cada año y la enorme cantidad de hoteles provocan que padezca los efectos de una sobreexplotación turística que pone en serio peligro este parque natural.
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