Parece mentira, pero mucha de la tecnología o dispositivos usados en las presentes y futuras energías renovables están basados en la propia Naturaleza. Esa capacidad de observación del Hombre se ha inspirado en determinadas acciones que realizan las plantas o animales en un determinado momento.

La biomimetización estudia precisamente eso, lo único que luego se aplica a diferentes objetos fabricados, similares a los que se pueden encontrar en el mundo natural. Imita estructuras o procesos naturales, un campo que aún tiene un gran porvenir, y del que se sabe más bien poco o nada.

Biomimetización con plantas y animales

Helecho

Así por ejemplo, las propias hojas de los helechos almacenan la energía del sol. Investigadores de la universidad australiana RMIT se han fijado precisamente en el diseño y la función de las hojas de un helecho para conseguir un nuevo tipo de electrodo de grafito, que aumentaría la capacidad de las tecnologías de almacenamiento existentes hasta en un 3.000%. Se podrían usar desde en coches hasta en teléfonos.

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Las hojas del helecho han servido de fuente de inspiración para los científicos.

Esas estructuras foliculares que presentan una gran cantidad de venas, resultan extremadamente eficientes para almacenar energía y transportar el agua.

Ballena jorobada

Un cetáceo en el que se han fijado los científicos, es la ballena jorobada. Este animal resulta ser increíblemente ágil nadando en el océano pese a su gran tamaño y peso. La razón de esta destreza radica en sus aletas, que minimizan la resistencia y aumentan el control.

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Las aletas de la ballena jorobada son la clave de las nuevas turbinas eólicas.

Un descubrimiento que ha llevado a los científicos de la Universidad de West Chester en Estados Unidos a realizar una imitación de sus aletas con una especie de festón, llamados tubérculos, para crear nuevas turbinas y ventiladores.

Se demostró que de esta forma, los tubérculos demoran el estancamiento que se produce, aumentan el ángulo de ataque de una turbina eólica en un 40%, reduciendo la resistencia. Se podrían utilizar si la investigación llega a buen puerto en lugares donde no existe mucho viento.

Colibrí

Un ave que ha estado en el foco de mira desde siempre, su pequeño tamaño y su velocidad han asombrado al mundo entero, y por tanto, las investigaciones se han ido sucediendo. La forma tan eficiente de usar la energía, aleteando entre 50 y 200 veces por segundo ha sido la inspiración para crear un convertidor de viento de eje vertical, es decir, una turbina de viento que, en lugar de girar, solapa sus hojas en el viento.

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El colibrí y su eficiencia energética al volar son las claves de los últimos avances en biomimetización.

Se usan los movimiento hacia arriba y hacia abajo de las turbinas para convertirlos en energía, de esta forma pueden funcionar con velocidades de viento muy altas sin ningún problema, e instalando múltiples juegos de cuchillas en un solo polo. Tyer Wind es la empresa que ha revolucionado el mercado con este nuevo avance.

Bancos de peces

Otra peculiaridad de la Naturaleza que se está estudiando es, la formación de los bancos de peces, su significado y función. El Instituto de Tecnologías de California Centro de Ingeniería Bioinspired (Caltech) está usando sus investigaciones en este campo para diseñar aerogeneradores de eje vertical, que basados en los vórtices que generan para su beneficio, les permite expulsar menos energía al moverse en grupo. Así los vórtices creados por las turbinas ayudan en vez de causar arrastre, una forma aerodinámica de moverse que ya se copia.

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Los bancos de peces ahorran energía al ir en grupo.

Algas marinas

Desde Australia nos llega otra versión, pero en este caso su referencia se basa en las algas marinas. El proyecto bioWAVE de BPS en la costa de Port Fairy, se ha documentado del movimiento de las algas marinas y otras plantas acuáticas para crear energía de calidad mediante el movimiento de las olas (energía olamotriz o undimotriz).

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Las algas marinas y su gran potencial a todos los niveles: su movimiento inspira.

La unidad bioWAVE está sumergida y fijada al fondo marino, y cuando la marea del océano se mueve alrededor de ella, la fuerza resultante activa los cilindros llenos de aire que giran sobre un eje. A continuación, éstos empujan el fluido a través del O-Drive, el propio módulo de conversión de potencia de BPS, generando energía. El O-Drive está específicamente diseñado para hacer frente a la irregularidad de la energía hidroeléctrica. La energía es alimentada a través de cables submarinos para alimentar hogares y negocios en ciudades cercanas.

Con el fin de protegerse durante los periodos de mar agitado y las tormentas bioWAVE también tiene un modo de «lay-down», donde los grandes cilindros llenos de aire se encuentran en posición plana contra el fondo marino para estabilizar la unidad. Actualmente, el proyecto es un prototipo que BPS espera lanzar en Australia y después en todo el mundo.