El aceite de palma (Elaeis guineensis) es la grasa vegetal más consumida por los humanos en el mundo. Las plantaciones de esta especie crecen de manera alarmante en Malasia e Indonesia, donde se produce el 87% del aceite de palma. ¿Qué consecuencias tiene este cultivo tanto para la salud humana como para el medio ambiente? Este cangrejo te lo cuenta.

El aceite de palma en la dieta del «Hombre«

La palma de aceite es originaria del Golfo de Guinea, donde su aceite se utiliza desde hace unos 5.000 años. Esta planta comenzó a expandirse por el mundo a partir del siglo XV a causa del tráfico de esclavos ya que, gracias a su rápido crecimiento, resultaba una buena forma de alimentarlos. Actualmente, el aceite de palma crudo resulta ser un elemento necesario en la dieta en lugares como África o el sur asiático debido a su alto aporte en nutrientes, especialmente vitamina E.

Este es el fruto de la controvertida palma de aceite. Imagen: Maksim

Este es el fruto de donde se obtiene el controvertido aceite de palma.
Imagen: Maksim

Pero entonces, pensarás, ¿por qué todo el mundo dice que es tan terrible para la salud? Muy sencillo, su alto contenido en ácidos grasos saturados lo hace desaconsejable en grandes cantidades. Se trata del aceite más barato, por lo tanto el más utilizado (junto con el aceite de coco) en la industria alimentaria; se calcula que una persona consume unos 10 kg de aceite de palma al año. Su calidad es peor que la de los aceites tradicionales en Europa (como el de oliva) y, además, cuando pasa por el proceso de hidrogenación las cosas empeoran: favorece la obesidad, la diabetes y es una bomba para las coronarias.

Adiós a los bosques tropicales

La industria alimentaria no es la única que emplea aceite de palma. Esta grasa vegetal se utiliza en cosméticos, en la industria química y en los últimos tiempos en la fabricación de biodiesel. Esta variedad de usos implica grandes extensiones de estas plantaciones las cuales se obtienen quemando o talando bosques tropicales.

Las plantaciones de palma de aceite son una de las mayores amenazas para la conservación de las selvas tropicales. Imagen: sarangib

Las plantaciones de palma de aceite son una de las mayores amenazas para la conservación de las selvas tropicales.
Imagen: sarangib

Se puede pensar que el problema no es muy grande, total se cambian unos árboles por otros. Pero las plantaciones para aceite de palma implican más cosas que un «simple» cambio de árboles:

  • La palma de aceite es una especie introducida que puede llegar a ser invasora.
  • Esta especie consume más recursos y exige el uso de pesticidas y fertilizantes, lo que conlleva la contaminación de suelos y aguas.
  • Las selvas tropicales son las que mayor biodiversidad conservan. Su sustitución por plantaciones de palma implica la desaparición de cientos de especies animales y vegetales como el orangután.
  • No sólo se talan selvas, también se drenan zonas pantanosas y ciénagas. Esto favorece la alteración en la hidrología de la zona y la desaparición del hábitat de muchas especies (los mosquitos también tienen derecho a vivir).
  • Destrucción de la economía local. Mucha gente vive de la palma (realmente las pequeñas plantaciones localizadas no resultarían un gran problema), pero mucha gente vive también de los recursos que proporciona el bosque tropical. Estos últimos están perdiendo su forma de vida a causa de que las multinacionales dedicadas al aceite de palma les despojan de las tierras que por derecho y tradición les pertenecen.

Tanto para la conservación de la biodiversidad de los bosques tropicales como para el beneficio de las economías locales y la salud de los habitantes del primer mundo (los que más alimentos procesados consumen) es necesario que los humanos reduzcáis el consumo de aceite de palma. Os lo aconsejo de corazón.