Navegando por la red me tropiezo con una campaña que en su día se lanzó en Brasil para fomentar el consumo responsable del agua. En ella, se anima a la población a orinar en la ducha, con el reclamo del ahorro de los 12 litros que supone cada descarga de la cisterna del retrete. ¿Ecológico o nauseabundo?

pipi-ecologico

Llama la atención del vídeo la gran variedad de personajes que aparecen orinando mientras se asean, aunque sea en versión dibujos animados y con voces de niños, lo que no le da un toque tan macabro. Desde una pareja de amantes hasta un supuesto King Kong, pasando por estrellas del deporte o alienígenas. Está claro que la intención era animar a todas las personas, fuera cual fuese su condición.

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¿Dónde está el límite del ecologismo? Seguro que muchos de los que estáis leyendo estas letras pensáis que es una asquerosidad orinar en la ducha. Otros lo practicaréis y pensaréis que es una gran idea. Pero seguro que ninguno de los dos lo debate una mañana de domingo mientras comparte una cerveza…

Los cálculos son fáciles: si cada descarga supone aproximadamente 12 litros y teniendo en cuenta que nos duchamos de media una vez al día (en verano pueden ser más pero en invierno, sí, reconocedlo, pueden ser menos, así que lo dejamos en 365 duchas anuales), el total sería de 4.380 litros de agua ahorrados cada año. Eso son muchos litros que no se gastan y una buena cantidad de dinero que no se paga. ¿Es un ahorro suficiente para una actividad cuestionable?

Para el que piense que el que ideó esta campaña había perdido el juicio, habrá que recordarle que otras personas también llegan a extremos por el medio ambiente. Sin ir más lejos, hace tiempo en Conciencia Eco ya hablamos del sexo para los bosques, esa pareja noruega que recauda dinero mediante la pornografía para apoyar a comunidades por todo el mundo. Pero también habría que replantear la lógica de los activistas de Greenpeace, que a veces se juegan su libertad o incluso su vida para reivindicar lo que creen justo y necesario. ¿O acaso no está más loco aquel que, tumbado en su sofá, ve cómo se degrada el planeta y ni se inmuta?