No nos hemos vuelto locos. Es un síntoma más de que la sociedad va moldeándose al ritmo de las nuevas tendencias, y una de ellas, ¡menos mal!, es la sostenibilidad. Si antes aparecían por nuestras tierras, y los tirábamos a la basura, cómos si se tratase de una mala hierba. Estos restos orgánicos, ahora, nos van a dar el punto de naturaleza que todo ambiente necesita. Sirven para multitud de espacios, exteriores o interiores, ¡sí, esto último también vale!, y no solamente tienen una función meramente estética, sino que también son útiles, según la función que les queramos dar.

Los que quedan mejor son los troncos de los viñedos retorcidos, aunque si vives o frecuentas algún bosque podrás encontrar auténticas virguerías hechas por la madre Natura. No los dejes pasar por alto y llévatelos a casa, ya verás cómo enseguida les buscas algún hueco en tu hogar. Decoración ecológica, barata y biodegradable, ¡la que me gusta!.

En cuanto al sentido más práctico, podemos utilizarlos cómo porta velas; simplemente haciendo unos agujeros en ellos para poder meter las velas. También quedan preciosos con relojes incrustados o como lámparas de mesa o para el techo, ¡originalísimas!. Bueno, la cuestión es saber para que la quieres emplear y pensar las soluciones para adecuarla al espacio que tienes. Y quedan ideales para las fiestas veraniegas de los jardines para servir  o colocar bebidas o comida. ¡Usa tu imaginación!.

Por cierto, antes se han utilizado para decoraciones zen. Pero ahora, se juega más con los colores y las formas, ¡los excesos barrocos si son buenos!.