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El rápido avance de la tecnología registrado durante la segunda mitad del siglo XX, nos ha hecho que perdamos de vista los grandes cambios en nuestra conducta y sobre todo en los nuevos “valores y metas” de los 7,000 millones que habitamos el Planeta Azul.

La nueva forma en que estamos satisfaciendo nuestras necesidades no solo alimentarias sino que ahora tenemos “necesidades modernas” de convivencia, de comunicación, de esparcimiento y de transporte. Hace 60 años, no existían los plásticos. La Química del Petróleo inició formalmente a principios del siglo XX y dio como resultado el nacimiento de una de las industrias más importantes del mundo, la de los Polímeros sintéticos: Estos polímeros son usados para plásticos, fibras, pinturas, materiales de construcción, mobiliarios, partes automotrices, partes eléctricas y electrónicas, de equipos médicos y adhesivos. Se dividen en termoplásticos: como Polietilenos ( de alta densidad PEAD, de baja densidad PEBD y lineal de baja densidad PELBD y el más usado: polietilentereftalato PET), poliestireno PS, polipropileno PP, poliéster, poliuretano, polimetacrilato, cloruro de vinilo PVC, nylon, rayón celulosa, silicona y fibra de vidrio. Y termoestables: caucho vulcanizado, baquelita, kevlar y poliepóxido. Plásticos compuestos: acrilonitrilo butadieno estireno ABS, fibra de carbonoepoxi, poliestirenopolibutadieno (HIPS). El policarbonato es un grupo de termoplásticos fácil de trabajar, moldear y termoformar. Estos plásticos compuestos son los que han dado excelentes resultados en la industrias eléctrica y electrónica, utensilios, equipos de salud y en la industria automotriz.

El mayor uso de estos nuevos plásticos lo tenemos precisamente en envases de productos de consumo, me refiero a los “alimentos modernos”, bebidas, ropa, cosméticos, aceites, jabones, detergentes, medicamentos y sobre todo el PET, para botellas “agua purificada” de diferentes tamaños. La carrera tecnológica ha desarrollado cada día mejores y diferentes tipos de materiales plásticos. Esta carrera es la que empuja la investigación y desarrollo de los derivados petroquímicos y del desarrollo de nuevas formas y clases de envases de papel, aluminio, acero y vidrio. Hemos cambiado radicalmente nuestra forma de vivir y de satisfacer nuestras necesidades.

Hace 52 años, cuando acompañaba a mi madre, caminando “al mercado”, para comprar los alimentos que iba a cocinar ese mismo día, solo llevada su canasta de mimbre. El frijol, el arroz, el azúcar, las lentejas y los huevos, los envolvíamos en “papel periódico”. Si acaso la carne era envuelta en papel encerado y papel de estraza. La fruta y las verduras no se envolvían. Hoy salimos del “supermercado” con decenas de bolsas de polietileno de baja densidad. Tomábamos en casa, agua de limón o fruta de la estación. No existía la televisión, solo la radio. Los pocos aparatos de teléfono fijo que teníamos en casa, eran aparatos que duraban para siempre. Ahora, con el avance tecnológico, usamos teléfonos móviles, casi desechables. El crecimiento de la telefonía celular en el mundo, es la industria que crece con más velocidad, seguida de las computadoras y automóviles. La industria farmacéutica tiene decenas de tipos de envases diferentes. Desde el vidrio, hasta los plásticos más sofisticados. Usamos aluminio, combinado con diferentes tipos de polietilenos. Usamos cartón, pero ahora plastificado. En la industria alimentaria, tenemos más de 200 tipos de envases de diferentes tipos de plásticos, incluyendo el moderno envase tetrapack. Con esta nueva forma de comer, generamos diariamente millones de envases y empaques (plásticos en su mayoría). Por ejemplo en Nueva York, generan hasta 3.0 kg./hab/día de Residuos Sólidos Urbanos (RSU). En Alemania, Japón y Corea del Sur, están del orden de 2.0 a 2.5 kg/hab/día. En México, podemos afirmar que tenemos todavía un promedio de generación de RSU per cápita de aprox. 0.961 kg/hab/día. La nueva forma de “vida urbana” de vivir del siglo XXI, donde siempre estamos de prisa; no tenemos tiempo de comer con calma, no hay tiempo para darle ni siquiera las 18 masticadas a cada bocado. La economía global no nos permite reconocer que estamos practicando un “consumismo” peligroso e irresponsable, por el uso intensivo de nuestros recursos naturales y agua, a través de los alimentos industrializados.

Estas son algunas de las causas de la crisis global de generación de Residuos Sólidos Urbanos, que afecta a todos los países, no solo a los “desarrollados”. Otras razones, a mi juicio, son la falta de educación ambiental, diría yo de congruencia ambiental. La falta de respeto por nuestra casa: La Tierra. Debemos reconocer que nuestro modelo de “desarrollo” no es sustentable. Ha sido la codicia de los “dueños del conocimiento” y las “grandes fuerzas de mercado”, yo diría los “dueños del mundo” los que se han centrado solamente en explotar ese líquido negro que en mala hora descubrimos hace más de 100 años. No es moralmente correcto que la investigación y el desarrollo tecnológico se haya dedicado solamente a desarrollar la Química del Petróleo. No hemos iniciado todavía la educación verde. Parece que no nos urge. A pesar de que estamos generando en el Planeta para este 2012, unos 2,500 millones de toneladas de Residuos Sólidos Urbanos.

Seguimos manejados y controlados por las fuerzas económicas del libre mercado, apoyadas en una economía dominada por el petróleo y la tecnología. Las poderosas compañías y petroleras con sus centros de investigación privados y los públicos (Harvard-Cambridge, Oxford, la Sorbona, Humboldt) son las que nos dictan el destino económico y ambiental de nuestro Planeta.

Nos falta conciencia para reducir el volumen de estos millones de envases que estamos generando. Debemos separarlos, reciclarlos y reusarlos para disminuir sus impactos ambientales; falta visión de largo plazo de los fabricantes de envases (que creen que nuestros recursos naturales son infinitos) y de productores de alimentos, bebidas, medicamentos y productos para el hogar para establecer un compromiso ambiental para solucionar el problema de los Residuos Sólidos Urbanos, a través de una nueva forma de producción y consumo sustentables.

El único camino sustentable es llevar el reciclaje a su máxima expresión. Hazlo.

Autor: Carlos Álvarez Flores (Presidente de México, Comunicación y Ambiente, A.C.).

Ilustración: TongChuwit