Muchas personas siguen asociando el cannabis con una planta que se fumaban los hippies, y ahí se ha quedado su conocimiento sobre el tema; y en lo que se refiere al cáncer, según la mayoría de la gente es una palabra que les provoca “yu yu”, y desconocen los últimos avances de la ciencia para su erradicación, y las mejoras que pueden hacer en sus vidas para prevenirlo. Conclusión: tal es la controversia y la desazón que provocan, que cuánto más lejos y menos se traten las dos materias mejor que mejor.
Esta situación empeora bastante las cosas, aunque gracias a conferencias como las que pudimos disfrutar en la Feria de GrowMed, algo está cambiando. De la mano de expertos en las dos cuestiones, como Manuel Guzmán, Catedrático de Bioquímica y Biología Molecular, Presidente de la Sociedad Española de Investigación sobre Cannabinoides (SEIC) y miembro del Comité Directivo de la Internacional Association For cannabis as Medicine (IACM); Javier Pedraza, Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Extremadura, miembro de IACM y de SEIC; y Javier Díaz, licenciado en Bioquímica por la Universidad Complutense de Madrid, miembro de SEIC, y actualmente, realizando su tesis doctoral sobre la implicación del sistema endocannabinoide en algunos procesos clave del desarrollo de la corteza cerebral; pudimos dilucidar sus relaciones y atestiguar los logros científicos que se están consiguiendo en este campo, con pocos medios y ayudas por no estar legalizado el cannabis en nuestro país. Se deberían fomentar más los ensayos clínicos, pero existen multitud de trabas administrativas en las que ninguna empresa quiere meterse. Manuel Guzmán animaba a los médicos en su charla a que no se asustasen, e investigasen más sobre el uso de los cannabinoides. Según sus palabras: “las restricciones legales que existen desde hace muchos años para prescribir y dispensar derivados del cannabis han dificultado enormemente el estudio del potencial terapéutico de esta planta”.
Remontándonos en los tiempos, hemos de recordar que el uso de la marihuana aparece según los indicios arqueológicos, entorno al año 2000 a.C.. Antiguas civilizaciones como la India o la China ya la empleaban para uso terapéutico. Pero, el salto más espectacular que se ha dado en este estudio, ha sido cuando se ha comprendido que nosotros tenemos nuestros cannabinoides, unos compuestos muy parecidos a los de la propia planta, y estos regulan las neuronas de nuestro cerebro. Existen unos 300.000 compuestos activos cannabinoides.
El resultado ha sido que ya conocemos la llamada molécula de la felicidad, la Anandamida. De ahí, que disminuya el dolor con su consumo, se altera la percepción del entorno, el estado de ánimo, la conciencia, el estrés, se aumenta el apetito, la temperatura baja y se modifique la conducta motora y el movimiento.
En la actualidad en España, se administran medicamentos basados en esta planta como el Sativex, el Marinol, el Cesamet o el Acomplia para enfermedades como el sida, cáncer, esclerosis múltiple, ictus, traumatismo craneal, obesidad y síndrome metabólico, entre otras; y para los efectos secundarios de los tratamientos que se aplican.
Para más información sobre los estudios que se han llevado a cabo, aquí os dejo dos didácticos PDFs en los que se explica claramente, y con imágenes ilustrativas como influyen los mecanismos de los cannabinoides en el cuerpo humano.
Charla divulgativa «¿Sabías que… el estudio de la marihuana ha permitido conocer mejor cómo funciona el cerebro?» (Ismael Galve-Roperh, VII Semana de la Ciencia de Madrid)
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Charla divulgativa «Cannabis: de la medicina a la biología» (Manuel Guzmán Pastor, Asociación Eleusis)
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