El término eco-eficiencia fue acuñado por el World Business Council for Sustainable Development (WBCSD) en su publicación del año 1992 «Changing Course». Está basado en el concepto de crear más bienes y servicios utilizando menos recursos y creando menos basura y polución.

eco-eficiencia

De acuerdo con la definición del WBCSD, la eco-eficiencia se alcanza mediante la distribución de «bienes con precios competitivos y servicios que satisfagan las necesidades humanas y brinden calidad de vida a la vez que reduzcan progresivamente los impactos medioambientales de bienes y la intensidad de recursos a través del ciclo de vida entero a un nivel al menos en línea con la capacidad estimada de llevarla por la Tierra.»

De acuerdo con el WBCSD, los aspectos críticos de la eco-eficiencia son:

  • Una reducción en la intensidad material de bienes y servicios
  • Una reducción en la intensidad energética de bienes y servicios
  • Dispersión reducida de materiales tóxicos
  • Reciclabilidad mejorada
  • Máximo uso de recursos renovables
  • Mayor durabilidad de productos
  • Intensidad de servicio aumenta de los bienes y servicios
  • La reducción en impactos ecológicos se traduce en un incremento en la productividad de los recursos, que además puede crear una ventaja competitiva.

En 2002, se publicó el libro de Michael Braungart y William McDonough Cradle to Cradle: Remaking the Way We Make Things sobre las ideas de eco-eficiencia y sus aplicaciones prácticas.

La eco-eficiencia se puede aplicar a todos los aspectos de nuestra vida y de la sociedad. Actualmente, se están realizando grandes progresos en la adaptación de toda esta serie de normas. Pero, en el fondo de la cuestión está, que muchos de los productos generados no tienen una completa cadena de reciclaje, ya sea porque sus materiales no son reciclables o porque al estar en contacto con otros se reduce su viabilidad.

Lo que está claro es que debemos seguir invirtiendo en desarrollar acciones para mejorar esa infraestructura de la eco-eficiencia, que en nuestro país sigue siendo muy débil; y por muchas personas, todavía denostada, más por falta de información o de educación ambiental.

Otra clave sería la durabilidad de los productos. Pero, en esta sociedad “del usar y tirar” cuesta mucho hacer comprender la frase de “ lo que te sirve hoy, también te puede servir mañana”. Hace tiempo vi un reportaje en la televisión que me puso el vello de punta. El resumen del mismo viene a decir, que las empresas diseñan los productos para que se estropeen en poco tiempo y tengas que volver a comprar otro, porque ya no existe reparación del mismo o ya no se fabrican las piezas, y te sale más económico adquirir uno nuevo. Es realmente preocupante, a no ser que seas un manitas y lo puedas reparar autónomamente; cuestión que veo bastante complicada. En esta espiral de consumo, lo peor no sé si está por venir o ya ha pasado. El tiempo lo dirá, y mientras tanto cruzaremos los dedos para que nuestros aparatos u objetos imprescindibles no se deterioren.