Importante iniciativa realizada por Corea del Sur, para conseguir reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Se trata de un programa que consiste en obsequiar con dinero a los ciudadanos que compren productos comprometidos con el medio ambiente, o utilicen medios de transporte público, de ese modo, se motiva a consumir productos ecológicos y soluciones sostenibles.
Para realizar esta iniciativa, el Ministerio de Interior de Corea del Sur, ha comenzado a ofrecer «créditos verdes» para los consumidores que adoptan un estilo de vida eco-friendly, instalando un chip en las tarjetas de crédito de los consumidores. Los chips son capaces de almacenar puntos cuando el titular de la tarjeta compre productos ecológicos, o pague por servicios ecológicos, como el transporte público. Los créditos pueden ser canjeados por dinero en efectivo o se puede utilizar para descuentos en servicios públicos.
El presidente ecológico Lee Myung-bak
El mandato de este presidente ya es conocido como “la legislatura verde”, por la cantidad de leyes promulgadas para bajar lo más posible las emisiones contaminantes, lo que ha llevado a que Corea del Sur sea considerada internacionalmente como uno de los primeros países en moverse de verdad en la lucha contra el calentamiento global.
El programa es parte del plan de Corea del Sur para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 30 por ciento para el 2020. Un alto funcionario de la división de Cambio Climático del Ministerio de Cooperación, dijo que el gobierno optó por crear un programa de nuevos gastos para la vida verde porque creen que tendrán más éxito que algo creado por las empresas privadas, que podrían utilizarlo como una estrategia de marketing.
El gobierno de la ciudad de Seúl también está lanzando un kilometraje de tarjetas de crédito-eco, permitiendo a los residentes para recibir cupones para la compra de coches híbridos y de fácil electrodomésticos eco-si ahorrar electricidad y agua. Samsung Electronics y Hyundai Motor están tomando parte.
Parece una iniciativa que puede calar muy bien en la población, para motivar el consumo de estos productos respetuosos con el medioambiente. Pero por otro lado “subvencionar” este tipo de iniciativas, a largo plazo, no me parece la mejor forma de concienciar a la población sobre los beneficios de la compra verde.
Personalmente, creo hay que ir más allá, cambiando nuestra forma de actuar y de pensar. No es suficiente con comprar productos eco o reducir nuestra huella de carbono, desconectando aparatos o utilizando el transporte público. Estas iniciativas son siempre positivas, pero no son suficientes para cambiar realmente nuestra forma de vida. Creo que la mejor forma para reducir los gases de efecto invernadero es la información, no la subvención. Mediante iniciativas educativas a la población, sobre los beneficios de una vida sostenible y respetuoso con el medio ambiente, estamos labrando un futuro mucho mejor al planeta a largo plazo.
¿Qué piensa usted?
¿Las tarjetas de crédito verdes pueden ayudar a salvar el planeta?
Espero vuestros comentarios.
Fuente: inhabitat.com
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