En nuestros hogares muchas veces  nos encontramos con enseres que no sabemos muy bien que hacer con ellos, que tal como han sido diseñados, ya no nos sirven o están viejos o rotos.

Sólo con un poco de destreza e imaginación los podemos convertir en verdaderas obras de arte, con las que redecorar nuestros interiores con gasto cero, además de ser muy cool. Y con el handicap, de que han sido hechos por nuestras manos, por lo que los convierte en objetos únicos. A veces lo sencillo es lo más innovador, barato y ecológico.

Como ejemplo tenemos la biblioteca de la Universidad Tecnológica de Delft en Holanda. Tras un incendio en el edificio de Arquitectura, muchos libros quedaron ilegibles. Pero en vez de quemarlos o tirarlos a la basura, los utilizaron como materia prima para construir el mostrador de la biblioteca. A modo de ladrillo pusieron un libro encima de otro con los cantos hacia dentro. Y el resultado es genial.

También la diseñadora Laura Cahill ha presentado su colección de jarrones y accesorios elaborados a partir de libros descartados en New Designers en Londres.

jarron reciclado

Cahill corta los libros utilizando una sierra de banda, y luego envuelve el libro cortado alrededor de tubos de ensayo para formar jarrones. Utiliza libros antiguos difíciles de reciclar. También ha desarrollado una lámpara, mediante la misma técnica, y un taburete hecho con libros apilados.

Cuenta la diseñadora: “Mi idea era utilizar libros de segunda mano no deseados, que son realmente muy baratos y fáciles de conseguir. He descubierto que algunos libros son extremadamente difíciles de reciclar”.  Así se pueden convertir en objetos deseables, realizados con materiales que han tenido la oportunidad de tener una segunda vida, o tercera, cuarta, etc.

Seguramente al ver esta imagen te preguntarás si es un animal o una planta descubierta por algún científico, pero no es así. Esta es una creación de la artista Jennifer Maestre, realizada  única y exclusivamente con lápices.

La inspiración se encuentra en los fondos marinos, en concreto, en los erizos de mar y otras  criaturas submarinas. Lo asombroso es que los pequeños lápices no están pegados o clavados juntos, sino cosidos usando una puntada especial llamada “peyote”. Aquí puedes ver la técnica de esta puntada.

Son esculturas flexibles que se pueden experimentar por el sentido de la vista y el del tacto, bueno, personalmente creo que también por el del olfato. ¡El olor de los lápices me encanta!. La artista toma cientos de lápices, los corta en pequeñas secciones de 1 pulgada, taladra un pequeño agujero en cada sección, les afila la punta, y los cose con esta misteriosa puntada.

Fuentes:

www.mymodernmet.com/profiles/blogs/library-desk-made-from

www.lauracahilldesigns.co.uk

www.jennifermaestre.com