En el centro de Shangai, la ciudad más grande de China, se está construyendo el rascacielos más ecológico del planeta. Se trata de un edificio de 128 pisos que será el modelo a seguir para las llamadas ciudades verticales que se están planeando para el futuro. El Shangai Tower, poseerá una estructura de 632 metros de altura diseñado por Gensler y que adelanta estrategias de diseño sostenible y otorga prominencia a los espacios públicos. La finalización del desarrollo está prevista para 2014.
La gran mayoría de los materiales utilizados en su construcción fueron reciclados o producidos en los alrededores de la obra, para, de esta manera, evitar el transporte de los materiales a lo largo de grandes distancias y al mismo tiempo reducir la emisión de gases tóxicos a la atmósfera. Gracias a su forma, la Shangai Tower ahorrará 12 millones de dólares en los materiales de construcción, un 5% de su coste total.
El edificio está pensado para tener un consumo energético muy bajo ya que se aprovecha al máximo la luz natural durante todas las horas de luz del día y también el viento, gracias también a su forma característica. El Shangai Tower cuenta con un diseño bioclimático de doble fachada, es decir, cuenta con dos capas de “paredes”, una que envuelve a la otra. Entre la fachada exterior, de forma triangular y la interior, cuya forma es circular, se forman pliegues o espacios concéntricos que serán aprovechados para colocar jardines con árboles y flores, cafés o lugares de ocio.
La torre reciclará el agua de lluvia, e incluso también la que se emplea en los baños o lavamanos, que se efectuará mediante la colocación de recolectores repartidos a lo largo de toda la estructura del edificio. Los mismos líquidos reciclados se emplearán para la calefacción, el aire acondicionado o para suplementar el suministro energético de las turbinas de viento, de esta manera la calidad de aire mejorará y al mismo tiempo servirá como aislante térmico.
Lamentablemente China se encuentra liderando el ranking de los países que más contaminación producen en todo el mundo y continúan sin firmar el tratado de Kioto que aboga por una mayor salud del planeta, controlando las emisiones contaminantes de cada país, por ello, alegra a todos que China por fin tenga una iniciativa de este calibre, ya que ponen de manifiesto su intención de cambiar esta situación y no se quedan de brazos cruzados mientras su sociedad, la más poblada de todas y su industria, la más contaminante, continúan contaminando y matando poco a poco nuestro planeta.
Fuente: www.ecologiaverde.com
Imágenes: construnario.com
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