El precio del marfil en Asia ha caído de forma drástica, porque el gobierno chino ha prohibido el comercio nacional de marfil legal, aunque el problema es que deja un hueco enorme para que el comercio ilegal pueda obtener sustanciosos beneficios.

Ha pasado en el año 2015, de 1.322 dólares el kilo a los 660 este año, según las últimas investigaciones realizadas por Wildlife Justice Commission. Aunque los datos de Save the Elephants, apuntan a que Vietnam ha aumentado la producción de artículos ilegales, el mayor mercado ilegal está allí, aumentando también el número de talladores y de colmillos llegados desde África.

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Muchos ejemplares mueren por poseer estos bellos colmillos.

No desciende la caza furtiva de elefantes

También se piensa que el exceso de oferta podría ser la consecuencia del bajo precio. Los comerciantes están actuando, al parecer, pensando que será una ley efímera, esperando que se reduzca la oferta almacenándolo, para luego disparar los precios.

El problema es que tampoco hay un descenso de la caza furtiva, ahora se puede comprar más marfil por menos dinero. Los volúmenes de marfil obtenido por ella, siguen siendo  elevados de manera increíble, según el programa para elefantes Cites Mike.

Aunque bien pensado y enfocado, es una buena noticia para los enormes paquidermos que se prohíba su comercio legal en un país tan extenso como China. Puede ser el comienzo del buen camino, pero sigue sin existir leyes que castiguen con toda severidad a las mafias que siguen comerciando de forma ilegal.

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Una jarra realizada en marfil.

Las matanzas seguirán existiendo, por desgracia, hasta que no se exija una firmeza rotunda, y, por supuesto, la población se conciencie del enorme daño que está haciendo a la biodiversidad del planeta (favoreciendo la extinción de una especie), simplemente por unos horrendos trofeos manchados de sangre para lucir en sus hogares.

Las campañas de sensibilización en estos países serían una opción práctica y didáctica con la que las futuras generaciones podrían aprender que la existencia de los elefantes es necesaria. Si no hay comprador, no hay vendedor.