Parece mentira que sea una misión imposible encontrar un pan ecológico sin gluten en el mercado, se podría decir que es como la aventura que tuvo pasar Jasón y los argonautas en la búsqueda del Vellocino de oro, tantos obstáculos hay que salvar, que cuando lo encuentras realmente se convierte en un tesoro sin precio cierto.

Pan ecológico sin gluten

Pan ecológico sin gluten

Como a mi, supongo que le ha pasado a más de uno, sobre todo teniendo en cuenta los mil y un ingredientes (de dudosa garantía) que puedes encontrar en los panes sin gluten que existen en la actualidad en nuestro país. La cuestión es que o te haces tu propio pan con harina ecológica, difícil también de localizar, sobre todo si no quieres tomar pan de maíz todo el tiempo y te apetece probar nuevas texturas y nuevos sabores procedentes de otras harinas; o tienes que superar el reto de la gymkana, llamando por teléfono y visitando aquellos lugares donde existe la posibilidad de encontrarlas.

Otra opción factible, es la de comprarse una panificadora, pero no la recomiendo, porque o conoces muy bien como funciona la susodicha, o las recetas que suelen incorporar no suelen tener en cuenta las harinas de cereales sin gluten, y menos las que provienen de cereales no tan usuales en las tiendas. Es importante además, tener una buena levadura ecológica sin gluten para panes, que es como buscar una aguja en un pajar. Entonces el resultado no suele ser el esperado.

Trigo sarraceno, ideal para hacer harina sin gluten

Trigo sarraceno, ideal para hacer harina sin gluten

¡Vamos, que en el momento que encontré una marca alemana que realizaba panes ecológicos sin gluten envasados y los distribuía en España, vi mi salvación como celiaca!, y eso que no como pan a todas horas, algo típico en estas latitudes. No sé qué harán los que tengan esa ingrata, llámese manía o vicio. ¡Total, todo un descubrimiento que me ha alegrado la vida en los últimos tiempos!

Por suerte, no solamente tienen un tipo de pan ecológico sin gluten, sino que las variedades son bastante apetecibles. La mayoría se asemejan al típico pan alemán, pero son más esponjosos, no son tan macizos, ni tan pesados. Tienen alguno blanco, que la miga es más esponjosa, más parecida al pan tradicional de nuestra tierra. En general, he probado varios y me han encantado. Seguiré degustando el resto de productos de la marca. Prefiero dejar el nombre de la marca de incógnito para ver si alguien lo adivina.

Lo más negativo que sucede con estos panes en cuestión, es que como la demanda es enorme, llegan a las tiendas y se esfuman. ¡Vistos, y no vistos!, así que tienes que estar atenta de cuándo llegan, para adquirir unos cuantos; de forma que tengas la despensa repleta hasta que vuelva a llegar la siguiente hornada. Estoy animando a todos los que controlen el tema de panadería, a que se dediquen a hacer la competencia, viendo como se compran, no es mal negocio, ¡os lo aseguro!