El próximo sábado 19 de marzo es de nuevo la ocasión para celebrar la Hora del Planeta 2016. Un movimiento que comenzó en Sidney (Australia) en el año 2007 para llamar la atención de los líderes del planeta, los gobiernos, las empresas, las instituciones públicas, y por supuesto, de los habitantes del planeta; sobre las terribles consecuencias que ya empezamos a padecer debido al cambio climático.

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Apaga la luz: medita o cena a la luz de las velas

Se intenta conseguir así, que la energía que mueva al mundo sea 100% renovables en un corto plazo de años, y que se dispongan de herramientas y campañas para favorecer una economía sostenible. En la pasada Cumbre de París se ha dado el paso, ahora nos toca a todos poner de nuestra parte para que esa causa que se ha puesto sobre la mesa sea factible a todos los niveles.

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¿Te apuntas a la Hora del Planeta 2016?

Tu puedes colaborar para que esto suceda de muchas formas. Tu implicación es una necesidad: firmando por la campaña #niungradomas, uniendo tu voz en los diferentes actos que se van a realizar por todo el mundo (seguro que hay alguno cerca de tu lugar de residencia) o difundiendo para que todos tus conocidos, amigos o familiares participen y se den cuenta que un apoyo es importante, pero cuántos más seamos, más lejos llegará nuestro mensaje.

El 19 de marzo desde las 20:30 hasta las 21:30 apagaremos las luces en señal de protesta. Más de 35.000 empresas, organizaciones, ciudades, pueblos y monumentos insignes de todo el mundo se quedarán sin luz en defensa del Medio Ambiente. La vida de todos nosotros depende de ello.

Los niños también tienen su hueco en la Hora del Planeta 2016, de hecho tienen programadas actividades específicas para ellos. Por ejemplo, en la Plaza de Oriente de Madrid podrán disfrutar de algunos amigos inesperados que han venido en exclusiva a contarles todo lo que pueden hacer para cuidar del planeta. Talleres y sorpresas les esperan.

 

Cada día una acción

La salud de nuestro planeta está debilitándose y nuestro estilo de vida ha sido el culpable de que haya sucedido. En las pequeñas cosas diarias que realizamos, podemos apreciar el cambio: ¿qué tal si vas en transporte público al trabajo, o cambias tu coche diésel por uno híbrido o eléctrico? Otras cuestiones también son significativas, como el uso de detergentes ecológicos en sustitución de los químicos, el freno del desperdicio alimentario o el consumo de alimentos ecológicos, la adquisición de ropa de segunda mano o elaborada mediante criterios sostenibles de comercio justo con materiales bio, el reciclaje o la reutilización de los objetos que están en casa; incluso plantar árboles para evitar que las emisiones de efecto invernadero vayan aumentando (la masiva deforestación de nuestros grandes bosques ha ido agravando el problema). Todas y cada una de estas acciones contribuyen a mejorar nuestro entorno, en favor de todos los seres vivos.

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Infografía de consumo sostenible

Como verás nada se escapa, cualquier acto que ejecutas tiene una implicación en la huella de carbono, por eso procura que tu paso por la vida no deje una muy profunda. Siempre ten en cuenta que “No heredamos la tierra de nuestros ancestros, la tomamos prestada de nuestros hijos” según advierte un proverbio nativo americano. Las sucesivas generaciones deben encontrarse con un lugar en el que poder desarrollar su vida satisfactoriamente. La tierra es de todos y para todos.