El agua es uno de los bienes más preciados del planeta, aunque muchos no actúen en consecuencia y la desperdicien sin ningún tipo de pudor. Las redes captadoras de niebla han llegado para hacer la existencia un poco más fácil a los habitantes de los terrenos más áridos y altos. Un modo sostenible de recoger agua, y que necesita poco recursos para mantenerse.

Por desgracia, en muchos países no llega a caer al suelo casi ni una gota. Estos países con clima seco se las ven y se las desean para poder sobrevivir. Su alimentación, es decir, su agricultura, dependen de ella, así como su salud.

atrapa niebla

 Las redes captadoras de niebla han revolucionado la existencia en estos parajes, y ya es un invento que se puede observar en desiertos como el de Atacama, al que viajó el meteorólogo y presentador Mario Picazo para ilustrarnos de la realidad en la que habitan las personas de esta zona en el programa de RTVE, Climas Extremos.

En Manakha, situado en Yemen, sucede prácticamente lo mismo. Un distrito de las montañas en el que sus habitantes desde hace años están empezando a sufrir los devastadores efectos del cambio climático. La mayor parte del tiempo antes de que llegasen las redes captadoras de niebla, los oriundos de la región estaban prácticamente toda la jornada yendo a buscar agua para su abastecimiento. Ahora pueden usar esa niebla que se forma casi todas las tardes y se mantiene hasta el amanecer, para recolectar agua con las pantallas de malla que van atrapando a modo de telaraña las minúsculas gotas, para luego caer por efecto de la gravedad en una especie de canalones que mediante un pequeño tubo lo depositan en contenedores o envases para luego poder ser vaciados.

Un proyecto del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo que ha cambiado la vida a las pequeñas aldeas perdidas que no tienen ningún tipo de suministro para sus viviendas y que por supuesto, no hacen más que mirar al cielo para ver si llegan esas “perlas de salvación”. De hecho, una familia de siete miembros puede ser abastecida con una unidad de captación de tres por dos metros.

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En Manakha se tiene como costumbre cultivar café en terrazas, usando piedras para dar humedad a sus plantaciones. Se condensa y luego se desliza hacia el suelo, regando la tierra. Esta misma forma de cultivar la podemos ver en un paraíso más cercano, las Islas Canarias. En Lanzarote, se pueden observar vastas zonas con vides plantadas en hoyos con forma de cono invertido recubierto con lapilli, fragmentación de la lava volcánica del volcán Timanfaya, que retiene la humedad de los vientos alisios por la noche.

arbol garoe

Desde la Antigüedad han existido muchas maneras de recolectar agua en lugares donde las precipitaciones eran sumamente escasas. Cuentan que en la isla de El Hierro existe un árbol, el Garoé, localizado en la cabecera de un barranco de la localidad de San Andrés, que sus ramas y hojas atrapan el agua de niebla, y los habitantes del lugar, los bimbaches de la época precolombina, la recogían de los huecos excavados a los pies del árbol. Este ejemplar aparece en el escudo de la isla, faltaría menos, siendo uno de sus símbolos vivientes.

También el sistema capta-nieblas se está utilizando para regar dos reforestaciones en la isla de Fuerteventura. Una forma de aprovechar lo que la Naturaleza dota a estas islas privilegiadas.