De la agricultura obtenemos grandes beneficios: provisión de alimentos, mejora de la calidad del aire o mejora de la salud, entre otros. En su desarrollo también se encuentran algún que otro problema. Uno de los principales es la vulnerabilidad de los cultivos frente a las plagas y las pérdidas de las cosechas como consecuencia directa.

Insectos para combatir plagas

Los resultados del efecto de plagas hacia nuestras plantas acarrean daños a las hojas, a los tallos, a la raíz, a los frutos y a las flores, a la vez que son causantes de enfermedades. La planta se marchita, al fruto le aparecen manchas llegándose a pudrir y se crea un tizón foliar.

Alternativas naturales para eliminar las plagas

El agricultor convencional ataja este obstáculo haciendo uso de pesticidas. ¿Es ese el único método válido? Actualmente existen otras alternativas naturales para eliminar las plagas de nuestros cultivos. Utilizando componentes químicos en las plantas cultivadas, así como en el terreno se contribuye a una disminución de la biodiversidad. Hasta el mínimo hongo o insecto forma parte del ecosistema y ayuda en él, aunque al agricultor no se lo parezca.

Hablando en pro de la naturaleza, la biodiversidad puede servir para mejorar el control de las plagas. Además de ello, la combinación de cultivos sirve para fomentar diversas prácticas naturales. Asociando la zanahoria y los puerros se repelen mutuamente los dípteros y homópteros; con el maíz, el pepino y el brócoli interfieren el movimiento y la permanencia de las plagas; el algodón y el maíz aumentan los predadores de Heliothis Zea y el tomate y el repollo producen una repelencia química de insectos, entre otras asociaciones.

El agricultor tiene que tener claro lo que quiere producir y que biodiversidad está dispuesto a mantener. Los cantáridos, conocidos también como los escarabajos soldado son productivos en nuestros huertos si sabemos que se alimentan de insectos con cuerpos blandos como larvas de lepidópteros, trips, chinches o pulgones.

Insectos para combatir plagas

Los carábidos, que habitan en el suelo, representan ser buenos bioindicadores. Los mántidos, en cambio, se convierten en grandes aliados al ser depredadores de todo tipo de insectos. Otra familia, los sírfidos, es una de las que más nos interesa como fauna auxiliar porque sus larvas consumen todo tipo de insectos. Los cecimónidos se alimentan de pulgón a pesar de ser unos mosquitos diminutos midiendo 2 mm.

Las larvas de los clorópidos, un tipo de mosca se alimentan de pulgones asociados a las raíces de las hierbas. Otra mosca, en este caso denominada ‘mosca tigre’, de la familia de los Muscidos se desarrolla en suelos húmedos y suele depredar larvas de otros dípteros, promotores de daños importantes en semilleros.

Insectos más comunes como las mariquitas, esos pequeños escarabajos rojos, son motivo de alegría si las vemos aparecer, pues se comen todo tipo de pulgón, hasta tal punto que, en ocasiones prescinden de poner sus huevos si no ven asegurada la presencia del pulgón.

Las avispas también ejercen un importante papel alimentando a sus crías con larvas de diversos insectos.

Existen un sinfín de especies que pueden intervenir de manera natural contra las plagas, evitando así pérdidas de cultivos y ayudando a una agricultura ecológica y sostenible con el medio ambiente.

Utilizamos la interacción de la naturaleza en beneficio del ser humano de una forma ética con el ecosistema.