Nuestro suelo debería ser sagrado, ya que nos proporciona alimento y recursos para poder vivir y construir nuestras casas, entre otras funciones. Por desgracia, pocas personas respetan esta máxima, y las consecuencias ya las tenemos encima: sequía, deforestación, tierras baldías, o inundaciones; todo un abanico de posibilidades se nos vienen encima por no haberlo sabido cuidar lo suficiente. El problema ya tiene un tamaño descomunal y es difícil de manejar, pero nunca es demasiado tarde para ponerse manos a la obra.

Mañana se celebra el Día Mundial del Suelo 2015, y hemos de tener 6 premisas presentes para su conservación, según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación):

1. Los suelos almacenan y filtran agua, mejorando la seguridad alimentaria.

2. Los suelos ayudan a combatir y adaptarse al cambio climático, jugando un papel clave en el ciclo del carbono.

3. Los suelos constituyen la base de la vegetación que se cultiva u ordena para la producción de piensos, fibras, combustibles y productos medicinales.

4. Un suelo sano es un suelo vivo. Los suelos albergan una cuarta parte de la biodiversidad de nuestro planeta.

5. Los suelos sanos son las base para la producción de alimentos saludables.

6. El suelo es un recurso no renovable y su conservación es esencial para la seguridad alimentaria.

Existen algunas prácticas de gestión sostenible de la tierra para mantener la humedad del suelo, entre ellas la agricultura, que contribuyen de manera constante a su mantenimiento óptimo:

• La agricultura de conservación emplea principios de alteración mínima del suelo: el mantenimiento de una cubierta vegetal del suelo permanente y las rotaciones de cultivos para mejorar las condiciones del suelo, reduciendo la degradación de la tierra y mejorando el rendimiento.
• La captura de la escorrentía de las tierras adyacentes puede prolongar la duración de la disponibilidad de humedad del suelo.
• La utilización de cultivos de enraizamiento profundo, resistentes a las sequías o con menos demanda de agua puede ayudar a conservar la humedad del suelo y mejorar la seguridad alimentaria.
• La captación del agua pluvial mediante el cultivo en hoyos puede rehabilitar las tierras degradadas gracias a la mejora de la infiltración y el aumento de la disponibilidad de nutrientes con el consiguiente aumento significativo de los rendimientos, la mejora de la cubierta vegetal y la reducción de las inundaciones aguas abajo.
• El riego de precisión basado en los conocimientos, aunque supone una demanda relativamente elevada de capital, puede aumentar considerablemente los rendimientos de los cultivos mediante la mejora de la humedad del suelo.
• Las cubiertas de residuos, los cultivos de protección y la cobertura del suelo con materia orgánica protegen la superficie del suelo, mejoran los índices de infiltración de agua y reducen la erosión y la evaporación.

Un suelo sano tiene una biota, es decir, especies de plantas, animales y organismos muy amplia, está lleno de biodiversidad. Las principales funciones de esa biota del suelo son:

• Mantenimiento de la estructura del suelo
• Regulación de los procesos hidrológicos del suelo Intercambio de gases y captura de carbono
• Detoxificación del suelo
• Ciclo de nutrientes
• Descomposición de la materia orgánica
• Erradicación de plagas, parásitos y enfermedades
• Fuente de alimento y medicinas
• Relaciones simbióticas y asimbióticas con las plantas y sus raíces
• Control del crecimiento de las plantas (mejora y supresión)

Una de las mayores preocupaciones reside en la actualidad, en el uso indiscriminado de productos químicos en la agricultura (pesticidas, fertilizantes, etc.) que están contaminado de manera radical todas las tierras del planeta, cuando se podría combatir de una manera más responsable y menos perjudicial con otros agentes. La agricultura ecológica se perfila como la respuesta y la solución a muchos de estas incógnitas que se están planteando, para poder detener ese avance de campos inservibles, tras el uso masivo e intensivo de las plantas y la tierra con peligrosas sustancias tóxicas. La salud de nuestro suelo y por tanto, la de los seres vivos, necesita ese cambio.

Hay dos frases que salieron de la boca de dos personas que amaban profundamente la tierra, porque su sabiduría era infinita en ese sentido, y que deberían de tener un significado esencial para el futuro del mundo:

“La tierra es suficiente para todos, pero no para la voracidad de los consumidores” de Mahatma Gandhi, el político, pensador y abogado hindú que defendió a los denostados por la sociedad, y que abrazó el vegetarianismo como filosofía de vida.

“La tierra, por la magnificencia de sus horizontes, las frescuras de sus bosques y la pureza de sus fuentes, ha sido y continúa siendo la gran educadora y no ha cesado de llamar a las naciones a la armonía y a la conquista de la libertad” del geógrafo francés Élisée Reclus, creador de la Geografía Social.