Galicia es un de los destinos turísticos preferidos para los amantes del campo y de las actividades al aire libre. Los bosques gallegos y sus leyendas son un punto de atracción que engancha a todos los que entran en su territorio con ganas de empaparse de su increíble naturaleza. Ese poder natural ha sido la fuente inagotable de historias legendarias, que todavía siguen resonando entre sus centenarios árboles y entre sus aldeas perdidas en la inmensidad de la niebla.

El otoño es una estación ideal para descubrir todos los misterios que esconde Galicia. La recogida de la castaña, da un mayor protagonismo a los frutos de los que antiguamente se alimentaban los nativos de la tierra. Los bosques de Lugo y Ourense se transforman en un espectáculo visual que es difícil de olvidar. Uno de esos lugares emblemáticos es el Souto de Agüeira.

bosque da fervenza

El Bosque da Fervenza en el curso alto del río Miño con robles y alisos formidables, es otro emplazamiento que se debe recorrer andando para observar todo su esplendor, aunque las lluvias hacen del bosque un río que retrocede según las estaciones. La mayor parte de la provincia de Lugo está considerada Reserva de la Biosfera por la UNESCO.

fraga de catasos

La Fraga de Catasós es un lugar único dentro del Pazo familiar Quiroga de Catasós, donde castaños y robles se levantan queriendo llegar al cielo, de hecho tienen la mayor tasa anual de crecimiento de toda Europa. La tierra gallega debe de tener algo especial, ya que todo lo que nace allí, es realmente increíble.

Es fácil perderse entre la vegetación, el magnetismo de su biodiversidad, sus bosques interminables, su lluvia intermitente y la sensación de que en cualquier momento pude aparecer un ser de cuento, es palpable.

En el Fallal de A Pintinidoira en Pedrafita do Cebreiro con hayas, acebos y plantas autóctonas caducifolias, la visión es sobrecogedora. El arco iris que se aprecia en la época otoñal ha hecho que más de un fotógrafo avezado haya usado este entorno como su lugar preferido para sacar sus instantáneas, las que luego hemos visto en los más prestigiosos concursos fotográficos. Además, es uno de los pocos espacios naturales en donde el oso todavía merodea debido a la dificultad para acceder.

sierra ancares

La Serra de Ancares es otro territorio indomable, una división natural entre las provincias de León y Lugo, y hogar de multitud de especies animales como corzos, zorros, jabalíes, urogallos y lobos, y por supuesto, sigue siendo el refugio de los pocos osos que han regresado a estas tierras altas. Las especies vegetales más destacadas son masas de acebos, abedules, robles melojos o cerquiños. Las pallozas son las casas típicas de la zona, construcciones prerromanas que hasta hace nada se seguían habitando. Imposible no distinguirlas.

El Sobreiral de Arnego en Pontevedra, está situado en el valle del río Arnego, un paradisiaco lugar para contemplar las más asombrosas formaciones de alcornoques, conocidas como “sobreiras” en gallego.

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Las Fragas do Eume situadas en el río del mismo nombre, Eume, es un Parque Natural que contiene el bosque atlántico europeo mejor conservado. Robles y castaños centenarios asoman por doquier, salpicados por madroños o acebos. Lo más asombroso si te gustan los helechos, es que aquí es uno de los pocos lugares de Europa en el que podrás encontrar una gran variedad de especies. Se trata de un bosque primitivo, en el que observarás líquenes o musgos de diferentes clases. Y tiene algo excepcional, es uno de los últimos reductos del búho real.

Las leyendas sobre seres o personajes fantasmagóricos están prácticamente por todas partes no hay pueblo o aldea que se libre, de hecho, siempre se ha dicho que la superstición en Galicia es algo más que eso. Muchas de sus tradiciones beben de esa cultura celta que ha seguido anclada en los ritos que siguen practicándose. La Fiesta de Samaín, es quizás la más importante de todas, junto con las hogueras de San Juan. En la primera que conmemora el Día de Difuntos, las calabazas con forma de calavera siguen apareciendo en las casas en su honor, y  la venida de los espíritus de los difuntos se sigue festejando con misas y comidas en todas las “lareiras” u hogares donde se quema serbal o tejo en la hoguera.

Una de las más sorprendentes cuyo origen se encuentra en los territorios celtas, es la de que el druida de la aldea recolectaba bayas de muérdago con una hoz especial realizada con oro. Posteriormente, se echaban las bayas a un caldero y se cocía para la creación de pócimas mágicas, que se usaban para las artes adivinatorias. Uno de esos fantásticos ritos consiste en colocar manzanas sumergidas en un recipiente, la persona que consiguiese “pescar” alguna sería la primera que se casaría del lugar, además como por último se tenía que pelar la fruta, según lo largas que fueran las mondas así viviría la persona.

La noche de San Juan (23 de junio), es la noche de las “meigas” o brujas en Galicia, aunque también existe una gran tradición el Día de San Silvestre, 31 de diciembre. Las hogueras son un símbolo de purificación y protección frente a los malos augurios, 9 veces tienes que saltar para obtener los beneficios. De hecho, siempre habrá alguna encendida en esas fechas. Es importante además, la recogida de diferentes plantas y flores para realizar menjunjes: helecho, codeso, rosa, hinojo, hierba de San Juan, malva común, romero, hierba luisa, saúco, etc. Recoger un ramito de verbena siempre que no se vea el sol o la luna, traerá prosperidad económica a quien lo haga.

Por supuesto, hay que tener mucho cuidado con las “sendeiriñas” o corros de brujas, que son en realidad círculos formados pos setas normalmente en prados. La creencia es que si se pasa dentro del círculo, la persona irá a un mundo paralelo habitado por duendes, brujas o hadas.

Además a estos mitos hay que añadir, las leyendas sobre mouros, amores de ciertas doncellas, cuevas, lobos o cursos de agua o lagunas. La mitología gallega es vasta e inagotable. Por eso, es imprescindible conocer sus exuberantes bosques, sin dejar de lado la cultura popular. Nada mejor que conocer su paisaje con un oriundo de la zona.