No recuerdo cuando comenzamos a reciclar en casa. Es verdad. Pese a que cuando la Ley de Residuos del 98 vio la luz ya era lo suficientemente mayor como para saber en qué cubo debía echar cada cosa. Tal vez se debe a que desde siempre en mi casa ha existido un profundo espíritu ecologista y el cambio no produjo ninguna alteración en nuestras vidas. Siempre recordaré a mi madre diciendo eso de “nosotros nos lo podemos permitir, el planeta no” cada vez que pasábamos demasiado tiempo con el grifo abierto o no apagábamos la luz al salir de la habitación.

009

Durante la presentación de los nuevos iglús de Ecovidrio diseñados por Agatha Ruiz de la Prada, recordé todo esto. Fue en el momento en que la diseñadora dijo “mi abuelo era ecologista, mi padre era ecologista, yo soy ecologista”. Algo así ocurre en mi casa, hemos bebido del respeto por nuestro planeta desde bien pequeños.

Reduce, recicla, reutiliza. Las tres “Rs” más famosas del mundo que en mi casa ya se practicaban antes de que en los medios de comunicación hablaran de ellos. Desde mi perspectiva de “avanzada” en este mundo de la ecología casera he visto y vivido toda una evolución y revolución a mí alrededor. Ahora el reciclaje está de moda.

Pero no sólo está de moda porque unos contenedores se pongan sus mejores galas con los diseños de Agatha Ruiz de la Prada ni porque la sosteniblidad y el reciclado se hallan subido a las pasarelas. El reciclaje está de moda porque los españoles reciclan, mucho y bien. El año pasado se reciclaron 694.325 toneladas de envases de vidrio, evitando la emisión a la atmósfera de 465.000 toneladas de CO2. Lo que nos demuestra que el reciclaje es una de las claves para la lucha contra el cambio climático.

Pero esto no acaba. En los últimos meses hemos oído hablar de la Economía Circular y desde la Comisión Europea se están poniendo las pilas para llegar a un acuerdo y avanzar juntos a un nuevo modelo económico “de la cuna a la cuna”. Cuando pasamos de sociedad rural a urbanita, cuando nuestra economía creció, cuando entramos en el bucle de una sociedad de consumo de comprar-usar-tirar, los residuos comenzaron a ser un gran problema.

reciclaje-de-vidrio

Estamos en un punto en el cual este problema es una oportunidad y llegar al “residuo cero” es factible. Más aún si nos fijamos en el vidrio, que puede reciclarse al 100% sin perder ninguna de sus cualidades. Para conseguirlo no sólo es necesario el compromiso de nuestros responsables políticos, también de los ciudadanos que debemos seguir como hasta ahora, separando nuestros envases de vidrio para que puedan volver a vivir. Así, con datos de reciclado de vidrio tan positivos como los del pasado año, hemos ahorrado la extracción de 833.000 millones de toneladas de materias primas.

Como ciudadanos, el esfuerzo que tenemos que hacer para que este ciclo no se rompa es bien sencillo: depositar las botellas, tarros… y demás envases de vidrio en el contenedor verde. Los vasos, platos, copas… de cristal no deben depositarse en este contenedor. Una vez que nuestros residuos de envases de vidrio estén apropiadamente depositados en “Mr. Iglú” comienza a funcionar el Sistema de Gestión encargado de que estos residuos se reciclen correctamente para tener infinitas vidas.

Agatha Ruiz de la Prada decía en la presentación de los nuevos contenedores de Ecovidrio para “Madrid es Moda” que el sonido de sus envases de vidrio al caer dentro del contenedor verde le producía satisfacción. Satisfacción que se extiende a todos los ciudadanos que reciclamos vidrio pues con ese sonido empieza a funcionar una cadena. Una cadena que comienza en nosotros, ciudadanos responsables, y que termina con un nuevo envase de vidrio. El vidrio tiene infinitas vidas, como infinitas historias detrás de cada uno de los millones de españoles recicladores.