Si hay algo que les gusta de manera incondicional a los más pequeños, eso son los títeres. Desde que apareció Pinocchio, nadie se ha podido resistir a ser espectador de tan divertidos comediantes. Una manera de contar historias mediante personajes de cuento que estimula su imaginación y desarrolla su inteligencia emocional, además otras habilidades si encima son ellos los que los realizan.

Magia y encanto se unen en unas criaturas sacadas de fantásticas historias que puedes hacer en tu propia casa con algunos objetos encontrados aquí y allá, siendo la mayoría destinados a la basura, podrás darles un nuevo uso, una nueva vida que hará más felices a quienes los disfruten.

Con un poco de creatividad sacada de nuestro “baúl de los recuerdos” y altas dosis de ingenio por parte de los niños, podremos transformar simples piezas de cartón, plástico o tela, en los verdaderos protagonistas de una fantástica tarde de guiñol, unos títeres provenientes del reciclaje. Y todo de forma casera, sin gastar dinero. Para que luego digan que los chavales de hoy no disfrutan con los juguetes de antes. El éxito está asegurado, si además diseñamos ese pequeño escenario y los coprotagonistas, e invitamos a algunos amigos a la sesión.

En este ejemplo que aparece, se ha convertido un rollo de papel higiénico, dos tapones de plástico, un trozo de cuerda y una cartulina, en un genial zorro. Una manualidad fácil y divertida que se hace en un periquete, así que no hay excusas de que se tarda mucho o cuesta demasiado esfuerzo realizarlo. No estaría demás dedicar  un tiempo a la educación ambiental, y concienciar de su conservación.

Necesitarás también una o dos ramitas secas de un árbol para atar la cuerda con nudos, y que se puedan mover las cuatro patas. Como verás los pasos son sencillos, solo queda que el crío elija su personaje favorito y os dediquéis en una tarde a crearlo, y si le ha sabido a poco, fabricar unos cuantos más para que cada día pueda jugar con todos ellos inventándose mil y una historias. ¡Manos a la obra!