Hoy 23 de marzo, se celebra el Día Meteorológico Mundial 2015, una fecha que la OMM (Organización Meteorológica Mundial) ha querido dedicar a una de las ciencias más importantes para el futuro de nuestro planeta, ya que gracias a los avances científicos en esta materia hemos podido saber de diversos fenómenos climáticos que afectan ya a nivel mundial a multitud de países y seguirán perjudicando o beneficiando la Tierra en las próximas décadas, aunque el panorama según lo acontecido hasta el momento no se ve muy bien.

Los nuevos instrumentos y sistemas de detección hacen posible que sepamos que tiempo va a hacer en prácticamente todo el planeta con bastante precisión, aunque como toda cuestión natural, no hay nada matemático, ni exacto. Se puede prever, pero nunca a ciencia cierta. Estaciones meteorológicas, globos meteorológicos, radares o satélites hacen posible que sepamos con antelación el tiempo que tendremos en los dos o tres próximos días; y teniendo todos los parámetros de décadas se ha podido discernir que el clima está cambiando, de ahí el nombre de “cambio climático”.

Huracanes, sequía o tempestades son los términos a los que tendremos que ir acostumbrándonos ya que según el informe publicado hoy mismo (OMM) el año 2014 fue espeluznante, y lo que nos espera. Michel Jarraud, Secretario General de la Organización Meteorológica Mundial, habla de temperaturas sin precedentes, precipitación extrema e inundaciones ocurridas en 2014, que coinciden con lo que se espera del calentamiento del clima debido a una mayor concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera.

Además, insiste en que la temperatura del mar está subiendo con una rapidez inaudita, e incluso en las zonas más profundas  “el océano es de importancia fundamental, ya que absorbe más del 93 por ciento del exceso de calor”, recalca Jarraud.

Los fenómenos meteorológicos extremos serán la problemática más significativa a la que se enfrenta la Meteorología Mundial. El reto está en saber con anticipación cuándo y cuánto afectará la vida en la Tierra. La planificación será la única alternativa, aunque las zonas más vulnerables son las menos desarrolladas y las que no van a tener capacidad de reacción. Una realidad que sobrecoge a cualquiera.

En este año se ha querido precisamente tocar este tema y todos los impulsos van en esa línea maestra. Con el título “Del conocimiento climático a la acción por el clima”, se quiere tener un conocimiento fiable para la toma de decisiones acertadas. La agricultura, la salud, el transporte o la energía entre otros, dependen de estas soluciones.