España es un país bañado por el sol y el clima mediterráneo, con estas condiciones meteorológicas que podemos disfrutar, poseemos además una serie de cultivos que tradicionalmente han sido la forma de vida de familias enteras. Entre ellos destaca el cultivo de la naranja, que se delimita en especial a la zona sur de la península.

Todas las naranjas no son iguales, existen diferentes variedades, algunas enmarcadas en determinadas regiones. Este es el caso de la naranja cadenera. Una naranja típica de la zona del Valle del Guadalquivir, que ahora se encuentra en peligro de desaparición frente a otras variedades foráneas.

La empresa Biovalle se dedica a cultivar este tipo fruta en concreto, además de otras variedades, en la provincia de Córdoba, entre en Palma del Río y Hornachuelos. Sus plantaciones son ecológicas y llevan más de 60 años dando buenos ejemplares de naranja cadenera, y están certificadas por el Comité de Agricultura Ecológica de Andalucía. La tradición viene de lejos, su abuelo ya se dedicaba a las labores del campo, y la nueva generación ha querido ir más allá, y lo ha transformado en terreno agrícola sostenible con visión de futuro. Su filosofía ha apostado por la Agroecología.

La citricultura en nuestro país es fuente de vida, revitaliza el campo y es una economía floreciente.

En Biovalle, recolectan cada día sus naranjas, para que al día siguiente el consumidor las pueda tener en su domicilio. Un lujo, para los que vivimos en la ciudad.

¿Cómo se cultiva la naranja ecológica?

Sin fertilizantes químicos, sin pesticidas, no emplea ninguna sustancia química ni antes, ni durante, ni después de la recolección. A los árboles solamente se les trata con productos naturales. Son naranjas 100% saludables. Y lo mejor es que se recogen justo cuando tiene el punto óptimo de maduración. Se desarrollan y crecen a su ritmo biológico.

¿Cómo es la naranja cadenera?

Una naranja de tamaño medio con cáscara delgada, pero no muy prieta, y sabor delicado. Con un equilibrio entre su carne y el líquido que aporta. Muy rica, gusta a toda la familia por su poca acidez. Destaca por su gran calidad organoléptica. Un manjar que puedes degustar a diario.

Se puede usar tanto para comer (como naranja de mesa), como para zumo (no tiene casi semillas). Nada que ver con las naranjas más comercializadas que tienen muy buena fachada, pero por dentro están secas y no saben a nada, ¡han perdido gran parte de sus nutrientes con tanto producto que les echan y tanto tiempo que han estado viajando!. La naranja cadenera es una bomba de vitamina C, calcio y potasio.

Si te gusta la naranja de verdad, no puedes dejar de probar esta variedad en peligro de extinción, así favorecerás los cultivos locales, la biodiversidad y el Medio Ambiente. Y si además, te apetece visitar los naranjos y pasear por esos campos llenos de flor de azahar, no dejes de reservar un hueco en tu agenda del mes de abril y mayo. ¡Un espectáculo sobrenatural!