Por el nombre no suena demasiado idílico, pero prometo que la Garganta de los Infiernos lo es, y no solo eso, cualquiera que se acerque por estos parajes queda hechizado para siempre. La Reserva Natural de Extremadura por excelencia, ubicada en la zona de la Sierra de Gredos y el Valle del Jerte, es una escapada de ecoturismo magnífica, comprende unas 6.800 hectáreas en las que se pueden distinguir diferentes ecosistemas; desde las zonas con menor altitud en las que está representada la flora mediterránea con encinas, roble melojo y alcornoques, brezo, retama, cantueso, escoba o majuelo, entre otras; hasta las más escarpadas en las que abundan castaños o robles.

En cuanto a la fauna típica de la zona hay que destacar las aves rapaces como el águila calzada, el azor, el gavilán, el halcón abejero o el búho chico; aunque también hay colonias de otras aves como el trepador azul, el agateador común, la oropéndola, el petirrojo, el mosquitero papialbo, el pinzón vulgar o el arrendajo.

En los espacios rocosos nidifica el águila real, el alimoche, el halcón peregrino o el buitre leonado. En los sectores de matorrales o pastizales podemos observar a la curruca tomillera, , el pechiazul o el acentor alpino o el común.

Como comprenderéis es un lugar privilegiado para observar las costumbres de las aves, así que no hay más remedio que hacerse con unos prismáticos para no perderse todo el espectáculo.

Por estas tierras habitan diferentes mamíferos como el zorro, la cabra montés, el desmán de los Pirineos, o la ratilla nival. En los diversos ríos que recorren el paisaje agreste se pueden ver truchas en su medio natural, donde el agua es fría sin contaminación y más oxigenada; en los tramos más bajos es posible encontrarse con alguna nutria (es difícil), y con bogas, barbos o calandinos. Toda una diversidad de especies, que hace pensar en lo poco contaminada y transitada que está.

Una escapada ideal para realizar unas buenas fotografías de la naturaleza en su estado original.

Existen diversos itinerarios para recorrer este fascinante lugar:

Pilones-Refugio: este recorrido es el más visitado en la época estival porque las impresionantes cascadas y pozas que aparecen por doquier, son el reclamo perfecto para que los turistas y habitantes de la zona se puedan dar un buen chapuzón para proseguir la marcha. Conocidas como las “marmitas del gigante” son unas  formas excavadas en la roca por la erosión constante del agua.

Ruta de Carlos V: saliendo de Tornavacas se recorre el tramo alto de la Graganta de los Infiernos y la Garganta de las Yeguas hasta llegar al Collado de las Yeguas, prosiguiendo  hacia Jarandilla para finalizar en el Monasterio de Yuste.

Cordel del Valle: este camino discurre por una antigua vía pecuaria por la que el ganado trashumante recorría visitaba la zona norte de España. Se transita en paralelo al río Jerte hasta llegar al Puente Largo.

Ruta de la Alta Extremadura: partiendo de Tornavacas nos dirigimos a las cumbres más altas de la Reserva Natural limitando con la provincia de Ávila. Desde la Loma de los Sillares se continúa por el Collado Herido hasta el Collado Portilla Honda con unos 2.000 metros de altitud, desde donde se puede observar todo el gran macizo de Gredos. Una vista inigualable más que recomendable.